viernes, 29 de noviembre de 2024

LOS MALOS Y LOS BUENOS, LO BUENO Y LO MALO: RUTAS MATERIALES

 

Los sensores anatómicos, seleccionados como resultantes de respuestas bioquímicas y electrodinámicas, se asimilan como razones físico-matemáticas entre combinatorias de propiedades y efectos cuánticos. Desde el cosmos y su permanencia continuada en el sentido de la vida, nos definen respuestas inteligentes a partir de las conveniencias que materialmente se ajustan siguiendo los ritos y aserciones de las propiedades fisico-químicas de la biología en sus correlaciones bioquímicas.

La sangre, que transporta los suplementos necesarios para el mantenimiento y funcionamiento constante de la máquina vital, requiere de manera ininterrumpida y casi constante ese intercambio de oxígeno que asegura el incesante flujo de energías. Este proceso es materialmente vital e imprescindible para cumplir las tareas ordenadas por el sistema general, que junto a sus anexos ambientales, completa el complejo termodinámico que sustenta este formato material, neuro-vital.

Son esos sensores, mencionados desde el principio de estas anotaciones, los que determinan los cauces convenientes de las rutas materiales que definen "lo bueno" o "lo malo", según la semántica aplicada a los deseos o decisiones que el ordenamiento neuronal elija entre las infinitas alternativas que el bloque de opciones estocásticas convenga materialmente.

Así, "lo bueno o lo malo" siempre serán rutas igualmente propias de las alternativas bioquímicas, materialmente idénticas, de valores solo definidos como rutas materiales alternadas al tenor de las infinitas probabilidades seguidas por la numerología matemática.

Las respuestas materiales, ajustadas a las propiedades matemático-fisico-químicas de la biología humana, se complacen como forma sistémica de ajustes dinámicos bioquímicos, como poesía devenida de los caprichos materiales que se comparten en estos juegos cósmicos de tantas bellezas divinas.

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