jueves, 3 de abril de 2025

LA GUERRA ES LA GUERRA, TRUMP, EL CAPITALISMO Y LA GUERRA

 

El narcisismo es una de esas expresiones neurales que suelen ser condenadas y calificadas como vicios en oposición a la expresión de humildad que el consenso público le gusta exhibir como flor colorida de atractivos que mueven la atención de los insectos a provocar, -estimamos los humanos que no los movería ningun acto consciente-,  a polinizar las flores. 

Sin embargo. lo cierto, ciertísimo es, que ese narcisismo condenado, estigmatizado y calificado como vicio humano, resulta ser la ley que motiva el vitalismo biológico, ese que impulsa la vida a la superación que busca alcanzar la divinización por cualquier medio, como meta infinita de la competición humanistica. 

Es ese narcisisismo convencido el que inspira al ser humano a sentirse tan seguro y capaz de que su belleza lo haga merecedor del bien mayor que le espera, esa diviinzación que le permitiria superase a sí mismo más allá de cualquier divinidad que aun le fuera oponible, aun fuese la la de él mismo. 

Esa divinización a la que le han entregado históricamente, los líderes mundiales, espirituales, guerreros, asumidos siempre como poseedores de bellezas imperecederas, es verdad, franca verdad, que a todos nos toca y nos convence de que tanto es así que bien debemos luchar  para superar los entuertos y óbices que a través del mismo fenomenismo vital, se nos oponen. La Guerra es la guerra. Es la lucha que a todos nos ha inculcado la necesidad perentoria de sobrevivir frente a los demás seres de la naturaleza, colocarnos por delante, por sobre todos y sobre todo lo demás. 

La lucha que hoy promueven y encabezan los más poderosos líderes biológicos, neuralmente confeccionados para obedecer, cumplir, complaciéndose en su propio deber de superarse a sismismos, es la natural actitud de ese narcisismo que todos los humanos sentimos, practicamos, objetivamente convencidos de que no debemos claudicar jamás ante otra belleza, aun la propia nuestra. 

Es así la lucha guerrera, esa que hoy publica triunfalmente el poderososo presidente delos Esstados Unidos de Amérca, así convencido de que es su deber superar virtud de todas las flores, de todos los jardines, de todos los colores, superar al dios de todos los dioses. 

Así es la esencia de la guerra, así somos, así queremos que sean los líderes a los que buscamos superar nosotros mismos, cada uno siendo el merecedor único de esa divinización que, además nos espera y sentimos que debemos superar. La Guerra es la Guerra.  

Trump  espera vencer cualquier obstáculo que se le oponga al cumplimiento de su convencida belleza, que es la máxima, la infinita, como todos aspiramos a ser merecedores de no ser superados.

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