UNAMUNO

 

Unamuno, igual que Quivio,  JFAA, Platon, Socrates, Marx, Nietzche...etc., caen en las redes de las arañas de sus propias creencias, supersticiosas. Creyentes en los bienes y males del Universo, unos con sus dioses, otos con sus "moralismos", sus convicciones, sus metas, sueños, esperas, salvaciones, etc.  Unos más cristianos y fervososos que otros, todos sueñan con la felicidad eterna. La infeliz "materia", no cuenta ni para hacer números grafitados. Dios, así, con mayúscula (por siaca), no cuenta ni para sacar cuentas. La materia no va en esta partida. El Dios de Unamuno, arrepentido, según  se cuenta, le suministró sus santos oleos antes de morir. Lo mismo que le suinistrarán a JFAA, Quilvio, Amaury, Fidel, Los Ayatolas, Los Papas, los Angeles de Pauli y Jung, los insectos de Kafka, etc...Los creyentes los no crenentes, creo que se jutarán con sus respectivos pastores.