Luis es un niño alargado de flaco, mirada tierna y piel color de uvas maduras
Pestañas dormidas al hablar de amor, muy abiertas al encenderse de rebelde
Despacia las palabras una por una sin enredos a través de su pensamiento
Encendido como las brasas de sus ojos sangrados al tono del coraje valiente
Cuando lloran los niños del hambre, la madre enferma, el labriego desprovisto
Temprano despertaron las noches de estrellas, luna y poesía en su alma libre
Hizo de la libertad su nido en la imagen de sus letras primeras, ideas y sueños
Leemos los capítulos de su libro de amor en hechos al amanecer de cada día
Entre estudiantes y el desamparo de obreros donde crece la vida y vive Dios
Mandamientos tatuados ya en el lustre de la pura roca de nuestros pasajes
Tras firme paso encaminado a ritmo del preciso discurso a la lealtad y razón
Hijo de caminos y ríos, cerros y montañas nuestra bucólica ensenada verde
De flora fresca en la mañana y cerradas lluvias en tardes de estíos tropicales
Navega los mares del compromiso patriótico a pecho abierto, sin pausas
Sin dobleces ni pares, alforjas repletas en ilusiones vivas de amor al hombre
Armado de futuro para servir hogares y escuelas de la igualdad en derechos
Enfrenta la colusión animada contra La Patria, sus signos y los hijos del hoy
Caminos cansados marcean sus talles en las luchas, mas, Luis nunca resigna
Redondel de ternuras confundidas entre los carpos obreros de sus brazos
Gladiador obligado de sangre en ebullición y manija de músculos guerreros
Arrimados a los fierros en la dinamia del pulso macho de sus voluntades
Bajo el denso dolor de su conciencia mientras ruge rumor de un amanecer
En Sol de verano detenido en su solsticio, abierto a la risa del naranjo en flor
Abiertos al ruido de la felicidad vestida en la imagen del mundo de Luisito.
Guerrillero erigido en albedo circular de rocío en colores y pétalos blancos
Sobrevivo de ofensas regaladas por serpientes ciegas en noches sin lunas
Vengado por recuerdos de cenizas sobre corrientes de sentencias eternas
Donde penan crueldad ángeles congregados en abismos de magmas infernales
Contrapuestas por distancias del espíritu al portal de la dignidad y el honor
Empotradas torres elevadas a los valores de este ángel de la patria humana.
Nos refugiamos bajo dinteles blindados por su merced en entrega al pueblo
En cumplimiento de su fervor enlucido en el amor a los olvidados del Cielo
Arrastramos los signos del diamante esclarecido en su pensamiento y su paz
Como libro obligado de oraciones sobre los escenarios de ensueños fluviales
Contiendas dormidas en la morada del respeto al valor mismo del hombre
Obligado a cargar su propio funeral en tristes espaldas de la inocencia atroz
Indigna a la sal del sacrificio contra verbo y sangre de la ignota redención
Vista al alcance infinito en virtud de su acorazado inmaterial: genio y valor
En vigilia al reverenciar al Galileo, al poema y la noble rebelión del obrero
Herido por el hachazo de la crueldad contra el sentido de ser hijo y patria
Robado a braceros de ojo y carne machacados al sol del truculento cañaveral
Sigo diluido en el marfil imborrable de su líquida sonrisa, simple y eternal
Trunca, dolida, carretera atragantada con destrozos de truculento desastre
Ilógico absurdo de una ruptura irreparable, oscura sin razón del mismo cielo
Martillazo sobre el martillazo lo incierto desangró su tristeza en doble golpe
Angeles equivocados dejaron romper temprano las fronteras de su presente
Patricia Solidaria y Luisanna, carne extendida de su aliento vertido en penas
Transidas a cuestas de sus encumbrados viajes de adelantos antes del otoño
Paradoja de lo incierto, este universo inmaterial de incongruentes verdades
Infinito peso, aplastante hasta la resignación inevitable de todas las luchas
Coraje y corazón despiertos no bastaron, el ánimo de bestia cargó contra él
El mismo imprevisto asalto de la casualidad artera defenestró sus ilusiones
Partiéndome los ánimos en mitades de dolor de alma y cuerpo sin reparos
Ni olvidos posibles, títere de Dios, suelto sobre cuerdas sin varas ni alivios
Transformado en sus fantasías para emular su gran animal de otro mundo
Luis, cosmos, ideal y cerco para la imagen del incontenible amor humano.
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