jueves, 24 de enero de 2013

LUISITO ESPAILLAT, UN COSMOS DEL AMOR




Luis es un niño alargado de flaco, mirada tierna y piel color de uvas maduras

Pestañas dormidas al hablar de amor, muy abiertas al encenderse de rebelde


Despacia las palabras una por una sin enredos a través de su pensamiento


Encendido como las brasas de sus ojos sangrados al tono del coraje valiente


Cuando lloran los niños del hambre, la madre enferma, el labriego desprovisto


Temprano despertaron las noches de estrellas, luna y poesía en su alma libre


Hizo de la libertad su nido en la imagen de sus letras primeras, ideas y sueños


Leemos los capítulos de su libro de amor en hechos al amanecer de cada día


Entre estudiantes y el desamparo de obreros donde crece la vida y vive Dios


Mandamientos tatuados ya en el lustre de la pura roca de nuestros pasajes


Tras firme paso encaminado a ritmo del preciso discurso a la lealtad y razón


Hijo de caminos y ríos, cerros y montañas nuestra bucólica ensenada verde


De flora fresca en la mañana y cerradas lluvias en tardes de estíos tropicales


Navega los mares del compromiso patriótico a pecho abierto, sin pausas


Sin dobleces ni pares, alforjas repletas en ilusiones vivas de amor al hombre


Armado de futuro para servir hogares y escuelas de la igualdad en derechos


Enfrenta la colusión animada contra La Patria, sus signos y los hijos del hoy


Caminos cansados marcean sus talles en las luchas, mas, Luis nunca resigna


Redondel de ternuras confundidas entre los carpos obreros de sus brazos


Gladiador obligado de sangre en ebullición y manija de músculos guerreros           


Arrimados a los fierros en la dinamia del pulso macho de sus voluntades


Bajo el denso dolor de su conciencia mientras ruge rumor de un amanecer


En Sol de verano detenido en su solsticio, abierto a la risa del naranjo en flor


Abiertos al ruido de la felicidad vestida en la imagen del mundo de Luisito.


Guerrillero erigido en albedo circular de rocío en colores y pétalos blancos


Sobrevivo de ofensas regaladas por serpientes ciegas en noches sin lunas


Vengado por recuerdos de cenizas sobre corrientes de sentencias eternas


Donde penan crueldad ángeles congregados en abismos de magmas infernales


Contrapuestas por distancias del espíritu al portal de la dignidad y el honor


Empotradas torres elevadas a los valores de este ángel de la patria humana. 


Nos refugiamos bajo dinteles blindados por su merced en entrega al pueblo


En cumplimiento de su fervor enlucido en el amor a los olvidados del Cielo


Arrastramos los signos del diamante esclarecido en su pensamiento y su paz


Como libro obligado de oraciones sobre los escenarios de ensueños fluviales


Contiendas dormidas en la morada del respeto al valor mismo del hombre 


Obligado a cargar su propio funeral en tristes espaldas de la inocencia atroz 


Indigna a la sal del sacrificio contra verbo y sangre de la ignota redención


Vista al alcance infinito en virtud de su acorazado inmaterial: genio y valor


En vigilia al reverenciar al Galileo, al poema y la noble rebelión del obrero


Herido por el hachazo de la crueldad contra el sentido de ser hijo y patria


Robado a braceros de ojo y carne machacados al sol del truculento cañaveral


Sigo diluido en el marfil imborrable de su líquida sonrisa, simple y eternal


Trunca, dolida, carretera atragantada con destrozos de truculento desastre


Ilógico absurdo de una ruptura irreparable, oscura sin razón del mismo cielo


Martillazo sobre el martillazo lo incierto desangró su tristeza en doble golpe



Angeles equivocados dejaron romper temprano las fronteras de su presente

Patricia Solidaria y Luisanna, carne extendida de su aliento vertido en penas


Transidas a cuestas de sus encumbrados viajes de adelantos  antes del otoño


Paradoja de lo incierto, este universo inmaterial de incongruentes verdades


Infinito peso, aplastante hasta la resignación inevitable de todas las luchas


Coraje y corazón despiertos no bastaron, el ánimo de bestia cargó contra él


El mismo imprevisto asalto de la casualidad artera defenestró sus ilusiones


Partiéndome los ánimos en mitades de dolor de alma y cuerpo sin reparos


Ni olvidos posibles, títere de Dios, suelto sobre cuerdas sin varas ni alivios


Transformado en sus fantasías para emular su gran animal de otro mundo


Luis, cosmos, ideal y cerco para la imagen del  incontenible amor humano.

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