jueves, 3 de enero de 2013

CONFESIÓN ÚLTIMA




Tanto mis manos como el pensamiento, trémulos resignarán el rey de este ajedrez

Mis horas rolan por despeñaderos y precipicios, firmes impulsos aceleran su caida

Unos y otros, vasallos a voluntad de las profecías vamos siendo desfiladeros del fin

Musitaré mi confesión última contando imaginaciones de estas despiertas fantasías

Traídas historias vividas entre titanes y nereidas, complacido y profano Poseidón

Entregado amante, rico en aventuras de bajos fondos marinos, procreador de tritones

Dispuesto a recrear tempestades de mareas altas como nunca antes vieran océanos

Tú, reina poseída de tiempo y temor acumulado en el calendario de mis irredenciones

Sigues escuchando mis balbuceos y clamores de náufrago resistido contra el universo 

Contra edictos imperiales bajados desde el Cielo mismo al dicho humano de profetas

Pronunciados a voz de poder en arreglos corales unísonos, armónicos y congelados

A brazos y gritos hasta último aliento seguiré la cada vez circular ruta  de luna y sol

No me detendrán el infinito del tiempo sideral ni los límites esféricos del lejano todo

Más allá de los tersos perennes que relucen tu primavera eterna, si asomara el otoño

Desde la púrpura de su horizonte con sus densos nublados, inflorescencias y utopías

Soliviarán la nave de mi rescate sobre las neblinas coalescentes de las  madrugadas

Al final nos moverán brisas entibiadas al calor del alba que alumbrará este letargo

Así resueltos, venceremos todos los reinos de las aguas y tormentas, vientos y cielos

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