jueves, 2 de noviembre de 2017

CADUCARON LOS CALENDARIOS

Y entonces su espíritu revoloteaba cargado de pureza viva en su mirada,
En su voz de cigua coloreada de primavera, hinchada de alientos despiertos
Como rosal abierto al nuevo amanecer, con sus ojos de luz sorprendida
Por la inmensa claridad del día que arde amarillo y emblanca las nubes
Candeal y pétalos que en su boca jugaban al temblor de la húmeda ternura
Herida por encarnadas hormonas adolescentes que estallaban en miedos
Duplicados en las vías de idas y vueltas, entre nerviosas palabras cortadas
Una marca en su rostro señalaba los pretextos de alguna pregunta sin tono
Eran minutos solo abiertos a conminados espasmos del noble pensamiento
Rodaron como esferas de aire tiempos sin remisiones sobre las estaciones
Fueron idas y vueltas consumidas contra los designios de mis esperanzas
Caducaron los calendarios, las madrugadas despertaron según los dioses
Fueron cancelados los estimados territoriales, sobreviven solo sueños.
 

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