lunes, 12 de julio de 2021

EL PROYECTO ECONÓMICO DOMINICANO

 Cierto, ciertísimo es, que el proyecto de expandir y consolidar la fuerza geopolítica centrada la posición geográfica e histórica de la Rep. Dominicana puesta de cara y contraste a la disidente rebeldía política de la revolución cubana, viene consolidándose como proyecto desde los inicios del brote revolucionario cubano.

El mismísimo despido y aniquilamiento del desgastadp proyecto "Trujillo", constituyó parte de ese mismísimo plan, lo mismo que la facilitación de la migración, proyectos de formación educativa, cooperativización y promoción de proyectos agrícolas, sindicalización de Ligas Agrarias Cristianas, Institutos de Promoción Social, el instalamiento de proyectos gubernamentales previos a la Revuelta Pro Constitucionalista, del 65, la explosiva difusion de sectas religiosas protestantes, contrarias a cualquier mención relacionada con asuntos de reclamos sociales,  etc.. fueron parte de ese gran esfuerzo que paso a a paso se ejecuta y fructifica.

La proliferación casi descontrolada de la instalación de universidades de bajo costo y bajo perfíl académico, forman parte de ese progresivo crecimiento llamado a conformar ese proyecto caribeño de formación de mano de obra que desde hace varias décadas busca consolidar la Isla de Santo Domingo como un enclave económico de densidad mundialista.

Mano de obra impulsada firmemente, como proyecto estrategico afirmado en la inversión de hasta un cuatro por ciento, con miras a su crecimiento, busca asegurar mano de obra abundante, mínimamente filtrada a través de la formación escolar desde la mina de recursos obreros que brota desde los mananantiales humanos del vecino país, Haití, que constituye la base obrera económica primaria, sobre todo agrícola y de inferior calidad técnica.

En el transcurso de unos veinte años más bajo el amparo de la inmigración masiva de la obrería más barata de toda la geografía americana, así como la progresión de la formación escolar, crece una nueva clase media, que, aun rozando con la pobreza económica inferior, alcanzará a formar esa explosiva minelización de recursos que ya hace relucir la economía del Estado Dominicano como un fenómeno mundialista. Mano de obra especializada llega ya desde Cuba, Venezuela, Colombia, Ecuador, CentroAmérica, etc....

Sin embargo, la base del enriquecimiento seguirá siendo la medio esclavizada mano de obra haitiana, de altísima rentabilidad para la base formada desde la agricultura, la construcción  y otros esfuerzos propios de la capitalización monetaria. A todo este esfuerzo de esa obrerización produtiva de la economía básica, se ha de sumar la grandísima contribución que sirve la minería metálica, que desde hace años amortigua convenientemente los huecos y deformantes de la rentabilidad capitalista.

Para bien o para mal, la Isla Hispaniola o de Santo Domingo, está constituida por un filón dorado que la cubre de extremo a extremo, de modo que puede apostarse a la cieguita, que este proyecto humano y estatal. se encamina hacia un estallido económico de corte mundial. De nuevo, reitero que la ruta del ferrocarril que llevará desde Cabo Tiburón, en Haití hasta Punta Cana y Cabo de Mole, es asunto de un proyecto que muchos lograremos disfrutar.

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