La esencia biologicista en la que se expresa el estado material del que es composición esta conjunción humana que nos constituye, se nos presenta o en este estadio material al que nos acoge sometido a una secuencia de expresiones o principios arreglados, según nos deja conocer el pensamiento, a la obediencia de este proceso evolutivo que al decir de la forma más inteligente imaginable, puede seguir o no seguir, algún modo de conducción ilimitada, libre de más objeto que el de su existencia natural misma.
El camino más sabio seguido por las distinetas fuentes ideológicas que signan los procesos retro-autoalimentados por la magia de la idealización asimilada desde la inteligencia y pensamiento, humanos, se allegan y entaponan siempre en un final de saco ciego (cule du sac, le llaman los criollos haitianos).
Uno de los más grandes pensadores reconocido delineador de ideas profundamente desafiadoras como desafectas, hizo estallar sus acumulados arrestos superpuestos como bosones cuánticos hasta terminar fijando su más poderosos, decididos, inconmensurables gritos de parto: mató a Dios de un plumazo y una vez por todas, cuando menos, visto desde su eminente mirador ideológico.
Muerto así todos los ídolos, rutas morales, estrecheces vasculares, conexiones neurólógicas, necesidades reproductivas y demás consensos materiales, la ruta evolucionista, trazada por el Dios de todos los dioses, queda ba finalmente truncada.
Quedaría así, apenas la marca de un nuevo trazado universal, cuando menos para el Sistema Solar. La devastación, sinendo total, ha de implicar nuevos procesos de terorizaciones, nuevas ciencias, nuevos criterios biológicistas.
Cierto. Ciertísimo ha de ser que siendo que las esencias humanas, radicadas en criterios anidados, calentados y reproducidos siguiendo los tiernos criterios de la bondad humana, afirmada en los sistemas neuronales, teleológicos de la lógica de los seres vivos, siempre bajo el dominiode la inteligencia y los poderes divinos. Rescataremos nuestros dioses !
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