Transparece el verde brillo fresco de las brisas sobre nueva primavera
Mientras acontecen las extensiones temporales del próximo verano
Al paso de grises y azules a veces silenciados por rosadas melancolías
Robustas en pasiones canceladas, desangradas en yertos y fríos claveles
Miran los deshilados del rocío tembloroso que destilan en gotas de cristales
Aguas de lluviosas rutinas de soles que atardecen, retornos de frescas ilusiones
Coalescencias en versos juveniles, tiernos, frágiles, como oración de niños
Silencio sinfónico del amor librado por los amantes paganos sin nidos
Vienen y van los vientres blanquecidos de veloces vencejos y golondrinas
Oficiantes inconversos del virtual realismo, complejo como el infinito único
De los dioses de las montañas más sagradas, del Cosmos y su sabia biología
Contra laderas y cascadas de pensamientos profanos, necios, irreverentes,
Descontrolados, hoguera de llamas tan despiertas, consumidoras de frías brisas
Revolcadas evaporaciones de mitos ancestrales, serán contravenidos y maldichos
Ejército de feromonas alineadas a favor de la vida, sus corrientes y músculos
Revolución de muertes canceladas al ritmo ritual contrarios a los paramentos,
Contrarios a las pesadas plomadas de la razón conventual, monástica, celestial
Llamada del tiempo cierto, devenido en arrogancia primigenia del amanecer
Prólogo melódico, eufónico, de una prelatura adivinada en los corrales del amor
Se avecinan en avalancha contra los bosques sedientos de humedales vivos
De aguadas y correntías recibidas, convertidas en lagunares y turbios chapoteos
De peces, reptiles y visitantes de los aires, tropel de ánimos y vuelos de ensueños
Hagamos los nuevos libros de livianos sentidos, sextos y septimos de la carne
Parricidas de códigos y coyunturas trabadas, retiremos los ciegos pernos acerados
Fomentaremos los silvestres frutos mordidos como manzanas de la permanencia
Para el bien de la eternidad, de La Creación, el Paraíso Terrenal y soles de los Cielos.
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