En todas las regiones geográficas, cronologías históricas, etnias, climas y composiciones biológicas humanas, las convulsiones y desenfrenos circunstanciales, han sido la norma en las que se han fundados sus ajustes y reajustes sociales, desde cualquier origen de las sociedades reconocidas, retroproyectadas y aun previsibles.
La lógica dinámica biológica, material, aun puestos a la medida de los rcursos más inteligentes de la civilización, implica esa incompresión, hasta hoy incapaz de evitar esas convulsiones que parecen tan naturalmente concomitante con la propia naturaleza y sus inciertos, que ninguna formulación conocida luce encaminada, racionalmente a allanar el origen de sus procesos.
Ese pesimismo cargado de frustraciones anti-hitórico, que parece matar las ilusiones humanas de su fé cristiana en Del Toro, me provoca la sensación que ha venido olvidando algunos pasajes bíblicos que previenen al ser humano de no sentir frustración adelantada, toda vez que cada día "trae su propio afán" y que hasta las aguas del Diluvio Universal, volvieron a su cause.
Así es como todos los picos y huecos que hoy resaltan en la sociedad estremecida por las desigualdades explosivas e históricas de la vecina nación, no son otras que las propias de ese proceso de reajustes por los que reconocemos que han venido cumpliéndose en cualquier parte del mundo, en todos los tiempos.
Esa pidosa y santa preocupación expresada por Del Toro, no luce tan consecuente con el encerramiento promovido por aquellos que, dispueto a perder sus la oportunidada de mirar con un ojo, son capaces de sacarse sus propios dos ojos, a cambio de no tener que mirar la realidad.
La República de Haití, se recompondrá como lo prevén todos los procesos históricos de todas las regiones, tiempos, etc., en todo el mundo. República Dominicana seguirá beneficiando las ventajas relatvas de la mano de obra que en la que fermenta su explosivo crecimiento económico, de modo natural, inevitble, según las correlaciones numéricas determinadas según los arreglos materiales de la aritmética capitalista.
Las mujeres haitianas seguirán pariendo obreros para sustentar esta beneficiada correlación económica y el mestizaje cumplirá sus reglas sociales mendelianas como lo mandan las leyes de Dios, Algún hijo de Ricardo Carty se casará con otra balsanita, Sammy Sosa se seguirá untando cremas blanqueadoras, y, en fin nada evitará el progreso de este proceso de difusión constante e inevitable, a pesar del rencor que tanto les raya la piel a algunos cocolos.
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