lunes, 6 de noviembre de 2023

IMPERIOS, REINADOS, CAPITAL Y DIOSES

 

Capital, Principal, Inicial o Encabezado,  es un signo que puede ser traducido y asimilado como la idea de semilla, es decir, de masa, lugar o espacio de donde parte el todo al que se ha llegado. Así, podemos imaginar las distintas acepciones de, por ejemplo: Capital Social, Capital intelectual, Capital económico, Capital humano,  Capital de la vida, etc...Los capitales se concentran tanto como se dispersan. 

La Autoridad Capital, o cabeza de una sociedad, monarquía, imperio, república, tribu,  hogar, suele concentrar el conjunto de aspiraciones a las que en los reinos terrenales parece que tiende, de modo natural, toda la organización terrenal, incluida, por supuesto, la pretensiosa inteligencia humana. Esta inteligencia humana tiende a ameritar, buscar, alcanzar, instintivamente, la concentración y encabezamiento masivo, mayor, de todo el conjunto social como si tratara de revolverse naturalmente, en un cliclo ondulatorio de ida regreso eternizado. 

Ese desempeño, parece generar en el ser humano esa necesidad de alcanzar a ostentar la autoridad máxima, llegar al endiosamiento, superar todos los dioses hasta  ser unico. Esa inclinación o impulsión evolucionista que la divinizada Naturaleza nos impone, nos compele a aspirar a ser Dios, paso a paso, llegar a ser eperadores, presidentes, jefes de familias,  sabios jefes de tribus. 

Así se explican los aprestos políticos que en distintas sociedades determinan, celebran y luchan por sus reinados, cuyas aspiraciones cuentan con números ordenados así como determinaciones democráticas de aspiraciones y derechos que suponen un orden, una oportunidad, remota o cercana, de alcanzar ese endiosamiento, ya sea a través de los espíritus o através de los poderes materiales como las armas, la acumulación de la autoridad servida por distintos medios como la inteligencia valida como fuerza, acumulada, es decir, como capital social acumulado. 

Ese sentido de acumulación, validado a través de esa inteligencia social, espiritual, física o militar, es la pura concepción del poder del capitalismo que de forma tan contundente logra imponerse mundialmente sobre las aspiraciones humanas. 

Nuevas teorías sociales, humanas, cabría en la infinitud de posibilidades materialmente concebibles, pero, a nada de dudar, la capitalización económica, intelectual y social, humanas, como los imperios, repúblicas, monarquías, etc...tienden a constituirse en aspiraciones humanas, difíciles de desarraigar de nuestra psiquis natural. 

Esa necesidad de superación natural, esa lucha por alcanzar a ser dioses, no puede contenerse por la fuerza eternamente, por lo menos mientras socialmente sobrevivan reminiscencias históricas de arraigos originales. Hechos históricos que tienden a dar al traste con desafortunadas imposiciones, sobran en la historia mundial. 

En República Dominicana, a pesar de la desafortunada exterminación de la comunidad indígena, todavía yace y se convierte en sentimiento la historicidad reminiscente de esos restos históricos de esas memorias apenas conocida, lo mismo que en todo el continente americano. Esos sentimientos históricos que hablan del desarraigo violento de los abuelos de los palestinos de hoy, no se borrarán por una generación, los hechos presentes anuncian nuevos reclamos, renovación de la historia, nueva violencia, nueva recomposición de la historia.

Cada niño palestino desarraigado de su reino, aspirará a reivindicar sus derechos, su posibilidad de reivindicar su reino, más aun, aspirara a ser el rey de su reino, dios sobre todos los dioses posibles, superarse como guerrero, como intelectual, como militar, emperador de su imperio. Lo saben todos sociólogos de la guerra, de la política, del antropología social histórica,  

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