Cierto, Ciertísimo es que la verdad biológica significa en los procesos que generan la existencia de los pensamientos, son partes del conjunto de pasos o etapas materialmente activas como fenómenos bioquímicos, reconocidos entre los estudiosos de las ciencias nombradas en lengua española como "ciencias químicas", por extensión semántica, más especificamente como "bioquímica".
Los cambios activos mediante los cuales se desarrollan los fenomenos bioquímicos, pasan por cumplir una serie de ajustes apropiados como leyes derivadas del tiempo y del espacio, concebidos estos como esencia irreductible de la exsistencia cósmica hasta donde la mente humana, suscedánea universal del todo que alcanzamos a imaginar.
La fenomenología en la que se asienta la bioquímica corporal que acomoda los equilibrios físico-químicos pasibles de ser estudiados, desmenuzados mediantes los números matemáticos, nos permiten ponerles nombre a las distintas propiedades o particularizaciones de esa serie fenomenológica que denominamos como "Equilibrios Bioquímicos".
Este microresumen nos permite envolvernos en esa necesaria integralidad que nos guia a entender, mínimamente, los fenómenos mediante los cuales, esa activación eterna de los equilibrios químicos que dan origen a esas transformaciones o transformaciones energéticas que los estudiosos de las ciencias nombradas como dinámica de los equilibrios de las reacciones químicas, en los que se funda la dinámica de la concepcion de la materialidad vital humana.
Esa materialidad vital, implica el aprovechamiento transformador de energías oxidativas y reactivas en general, que alimentan los fenómenos neurológicos, digilazados, a partir de propiedades cuánticas.
Sin necesidad de molestar la tranquilidad ocupacional divina, quedamos, entonces que sobre toda la materialidad natural, la bioquímica responde todas las preguntas que pueden ser necesarias al tratar de explicar o comprender las necesidades humanas de alimentar los animos cerebrales que rigen nuestros sentimientos políticos, religiosos, inteligentes, sus distorsiones, disparidades, afanes criminales, necesidades vitales mínimas y máximas, etc.
La interpretación que siguen los cursos de las reacciones bioquímicas, tras los arreglos dominados por los antes citados equilibrios bioquímicos, su cursos o rutas orientadas por la cuasi divinal entropía de los equilibrios químicos moleculares, genéticos, definen las verdades y razones de nuestros comportamientos pasados, presentes y por venir.
Cualquier sentido de interpretación, igual, contrapuesta o dudosa, no pasa, en última instancia de obedecer a cualquier fase de la interpretación que nuestra digitalización bioquímica, ajustada, -eso sí, porque sí-, a la hasta hoy, respetable estadística cuántica, esa que atormentó tanto la fe de Einstein, sin lograr definir su último "si".
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