viernes, 16 de junio de 2017

DON RAGO, ROMINA Y DIOS

El Dios Grande, mayor de todos los dioses de todos los mundos concebidos
Por siempre mentor de todas las generaciones de mi pueblo menor y sus caminos
Bendijo a Don Rago, labrador de pies y manos completos como su divina cabellera
Este conoció de Dios su inmensa virtud y total poder, único, sobre el bien y el mal
Juntos, Romina y Don Rago labraban el vientre y los santos partos a la tierra de Dios
Por divina voluntad concibieron sus doce hijos nacidos para honrar Los Cielos
Romina oraba, rogaba y alababa el bien de nacer hija del Rey del Universo sagrado
Fueron así príncipes y princesas cada uno de los hijos nobles y sabios de sus padres
Cada uno y todos a la vez aprendieron el mandamiento del amor entre ellos mismos
Sin orar ni guardar las horas divinas, sin himnos ni ayunos, consagrados a la pureza
Don Rago colgaba un corazón atemperado y templado bajo nubarrones, rayos y soles
A pesar de oir nombrar tanto a Dios, jamás alcanzó a tocarlo porque nunc lo aclamó
Ni le reclamó sobre su suerte laboral, material o sus familiares constricciones divinas
Una tarde se rindió sin arrepentidas culpas ni lloros, bendiciones, ruegos ni penas
Una cansada sonrisa asomó a despedirlo, complacido entre doce hundidos abrazos.



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