lunes, 22 de abril de 2019

DICHARACHERÍAS BIOLÓGICAS Y MI HERMANO CIBAEÑO

Desde hace unos cincuenta años, el juguete preferido de mi hermano consiste en manipular las capacidades reproductivas de células vegetales de maiz, tabaco, plátanos y otras plantas de noblezas económicas compatibles.

Desde que se ciudadanó cibaeño y santiaguero, a pesar de sus viejo vicio de leer todo lo que le parezca letra escrita, bajo el criterio de que "todo lo escrito es inspirado por Dios",  arrastra las palabras con unos acentos curvos y unas raras transformaciones desde conversiones de "r" y "l" en "i", nombres deformados de algunas aves, pasos saltados al bailar, y su fe cristiana afectada de admiraciones milagrosas, "ay Santísimo !", que en su familia original hemos tenido que asumir a bien, fundados en nuestra tradicional capacidad cristiana para perdonar.

Sin embargo, siendo que sabe como reproducir cepas de bacterias que suele llamar "buenas", multiplicar plántulas de plátanos, yahutías, desarrollando un vivero de millones a partir de una sola, poner cereales como el arroz y el maiz, casi "a hablar"..., le sugerí que del mismo modo que sabe hacer reproducir las levaduras, multiplicadas por millones, en apenas horas, que hiciera útil esa conversión en proteínas animales alimenticias, útiles para alimentar la humanidad.

Fervoroso cristiano como es, me increpó de mal talante, advirtiéndome con su nuevo acento cibaeño: " ...y e que soy Dio....pa jugá con tó lo que me de la gana...? ".....

Respeté su miedo, pero me he quedado con el pensamiento "prendío", como ahora dice él cuando le surgen inquietudes propias de sus ejercicios académicos como profesor del ISA.

Me pregunto sobre la cacidad de convertír en proteínas artificiales por montañas, en apenas horas de actividad biológica, a partir de las propiedades genéticas de esas levaduras capaces de multiplicarse "como cosa loca" en el nuevo lenguaje de mi hermano.

No sería este el futuro alimentario de hombres, hasta los mismos animales que nos son útiles ?
   

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