"EL MAL" NO EXISTE. EL MUNDO NO SOPORTA ERRORES

 El mundo material se comporta siguiendo procesos establecidos sobre reglas, principios o leyes físicas, sencilla y correctamente infalibles, inalterables, de precisión absolutamente invariables. Bien diríase: "de precisión divinamente perfecta". Reconocida esta verdad incontrovertible, quedamos en posición completamente ajustada a la idea de que si dichas leyes, reglas o principios han de obedecer a la voluntad de una suprema inteligencia, igualmente infalible, bien hemos de aceptar que en un caso como en el otro, la exactitud del comportamiento Universo, nos permite desestimar la idea de errores o maldad en ningún caso, al entender que todo lo ocurrido sigue el guión de las propiedades de la materia y este guión en todo caso es único, logicamente inmutable, por cuanto, la noción de "maldad", así como la de "error", dirigida a los hechos que susceden bajo la comba universal, carecen de sentido verdadero, de lógia material, fundamentalmente, carecen de razón aceptable. Dios no comete errores por cuanto las leyes Universales han de ser infalibles y sus procesos dinámicos, precisos a la perfección divina. Lo demás cabría en el conjunto deportivo "superstición".