La sana envidia que al alma canta sus amores y fantasías
Cuando la primavera revoltea los diamantes y colores
Es donde los pájaros ordenan sus risas y santos placeres
Donde los plumajes del amor sin medidas no contrapone
Ni contraviene, vuela sin medidas de relojes ni espacios
Sin cupases ni cuentas, al calor enternode los dioses
Libres de nostalgias, alimentados de sueños completos
Dulce brevedad, eterna, ligera, completa y amada
Yemas del verde condensado en luces infinitas
Diáfanos reflerjos del amor de todos los siglos
Felicidad de tus días, continuación y pureza de Dios
Reparo perfecto de toda la dicha y virtud de de tu ser.
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