domingo, 29 de enero de 2023

EL TIEMPO, LA MATERIA Y EL ESPACIO: PARADIGMAS DIVINOS

 Cierto, ciertísimo es que la virtuosa inteligencia animal, hoy, como nunca, convertida en obsesivo desafío del quehacer humano, por comprender los mecanismos funcionales de los sistemas materiales: fisicoquímicos y biológicos, suelen empujar sus hallazgos, paralelamente, a la par  junto a las indentenibles corrientes filosóficas, sus matices espirituales, así como sus inevitables dudas e incertidumbres. 

Algunos paradigmas, inmensamente  densos, aparecen como principios irreparables. La imprescindibilidad de de la existencia del tiempo, así como el derivado mismo del tiempo: el obligado origen de toda la existencia, promueve y conmueve el pensamiento, de tal modo que parece obligado a tener que cerrar filas junto a la Creadora Divinidad, so pena de quedar entrampado en la necesidad de renunciar al intuitivo pensar de un obligado origen, como paradigma universal, refutable, 

Sin embargo, de modo contrario, algunas apoderados ministerios del más ejercitante ateísmo, promueven la idea de un obligado origen del universo, es decir, pasan a conceder la idea de un imprescindible origen desconocido, que viene a ser, la propia interpretación de la versión judía del Elohim, o  Lo Desconocido, que Es y No es. Es así como se abre a ese ateísmo, la puerta grande de lo religioso, de lo desconocido, de lo incierto. 

Claro, clarísimo queda, que puede afirmarse, con prístina propiedad,  que el ateísmo que concede a "Lo Desconocido", "Lo Incierto", el "Origen Obligado " propugnado con sutil ingenuidad cristiano-judía, capaz de merecer la más santa confirmación sacramental, tanto vaticana, ortodoxa o pentecostal, infaliblemente merecidos de un lugar privilegiado junto a San Pedro y La Madre Teresa.

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