Puede adoptarse como derivación o desinencia del vocablo "mentira", bien podríamos construir estructuras léxicas como "mentirosidad" y "mentirosismo", aplicable a las prácticas observadas por bien afirmados intelectuales que, sin embargo, valen sus conocimientos intencionadamente mentirosos con el objeto de desviar, desdecir, manejar y tergiversar sus propias convicciones intelectuales en dirección a construir mentiras conductualmente viciosas.
Todos los profesionales académicamente bien formados e integramente regidos por sus acendrados conocimientos, conocen la interpretación correcta del valor económico del aprovechamiento capitalista de la mano de obra transable como intercambio ventajosamente rentable, como valor que estimula el fomento y crecimiento aplicables al sistema económico capitalista, este que es el que nos rige socal, política y económicamente, en toda la región correspondiente al la geografía y geopolítica del continente americano.
Sin embargo, ese comportamiento mentiroso, propio del mentirosismo y su mentirosidad atribuíble a los cazadores de votos electorales, desvirtúan perniciosamente la relación de oportunidades aplicables al desarrollo económico de la población nacional que, ante ninguna otra alternativa razonablemente realista, desde un punto de vista práctico, se presenta como vialblemente cierta, abierta al desarrollo social y económico de la población de la que somos habitantes y ciudadanos compartidos en dos estados políticos formal, física y socialmente avecinados.
La "mentirosidad" y el "mentirosismo" electoralista, tiende a explotar, con engañifaso y vicios de ignorancia, el reacondicionamiento de las marcas del colonialismo y el esclavismo histórico que signan la historia de ambos restos del este huerto de plantaciones azucareras que en sus mejores momentos tantos frutos lograra servir al desarrollo de los capitales de los amos coloniales.
Los mentirosos, conocedores agudos de esta verdad, desoyen su propia propalada honestidad, mintiéndose a si mismos, contra sí mismos, es decir, contra las mismas ventajas que el desarrollo capitalista les sirve, haciéndose el hara kiri económico y social, solo por florearse como activistas políticos, vendores de trasnochados santanismo y un recapitulado trujillismo, más torpe, tonto y atrasado que los de Trujillo y Santana, mismos.
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