miércoles, 4 de enero de 2023

LA REFORMA TRIBUTARIA NACIONAL DOMINICANA

 
Todo proyecto de reorganización concernido como propósito encaminado a relanzar la rentabilidad de la productividad económicamente validable y constantemente superable, como objeto trazado en el diseño del crecimiento y superación social, humanamente, evolutivamente racional, lógico, natural, como meta de ser socialmente lógico, implica, cuando menos, sacrificios y esfuerzos que de algún modo habrían de ser repartidos entre los miembros componentes de la misma sociedad compromisaria y beneficiaria de dicho proposito.Una reforma tributaria normalmente concebida en función de ese previsto sacrificio, es esperable que implique demandas de cargas y retroalimentaciones compensatorias. 

Esos procesos compensatorios, en las sociedades administradas bajo los regímenes de las voluminosas economías del capitalismo, acuden, como regla general, a la explotación masiva y aprovechamiento redituable de la mano de obra económicamente útil, multiplicable, plusvalida al máximo, de cuyos esfuerzos se espera que rindan lo beneficios transables como valor de intercambios ventajosos en favor de la acumulación de capital, así, sin embargo, que se produzca el derrame extensivo en favor de la obrería correspondiente a las distintas clases sociales, cualquiera que sea la selección de la distribución concebida. 

En República Dominicana, lo mismo que en cualquier sistema de ditribución económica correspondiente a la sociedad del capitalismo, la bendición prevista por los ángeles dominantes del sagrado capital, conocen una perfecta mina de materia prima explotable, de altísimo rendimiento, sobre la cual pesa el grueso de ese esfuerzo obrero productivo que sirve firmemente, históricamente, permanentemente, esos esfuerzos baratos, explotables, exportables y convertibles en divisas monetarias, que sin embargo, suele ser malvista y hasta maldicha con estupidez ignorante  y viciosa por sectores de la ciudadanía amarrada como asnada al chauvinismo torpe y ciego que reniega la necesaria verdad, dura, monda, lironda y cantada por los Ministros de Estado, francos, claros, prácticos y valientes.

Son los ministros comprometidos con la Planificación Económica del Estado, los que manejan la producción de la seguridad alimentaria, los que manejan las Obras Públicas, así como los que manejan los Proyectos de Asentamientos Colectivos. Solo los cazadores de electores intoxicados de apuros cortos desoyen las verdades de la Planificación y la Productividad racionales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario