martes, 3 de enero de 2023

LOS POLÍTICOS MENTIROSOS Y MEDIÁTICOS, NO SE ATREVEN A DETENER LA MIGRACIÓN

 

Los intelectuales aficionados al mentirosismo profesional, polítiquero y mediático, son los mismos que en público renigan contra las reformas impositivas, conscientes son de que están mintiédole a los votantes, que bien han de estar informados de que en cualquier modalidad del sistema de explotación capitalista, es la mano de obra popular, la que en última instancia habrá de sustentar los beneficios y privilegios sociales propios del sistema, siempre y mucho más cuando es posible aprovechar la multiplicación masiva de recursos humanos explotables a costos de mercados rebajados, extensivos al amparo de esa rentabilidad económica en la que se fundan todos los montañosos crecimientos históricos en cualquier parte del mundo concernido a los dominios humanos militarmente sometidos, bajo ese poder concebido bajo el ánimo ideológico de la virtuosidad del empobrecimiento material y social proclamada religiosamente como premio divino a la paz y la sumisión social. 

Los mentirosos empedernidos, suelen reclamar restricciones migratorias imposibles de controlar, por lo menos a medianos plazos, pues resulta que en la misma medida que los pueblos multiplican sus volúmenes  naturales de actividad social y sus tasa  de natalidad se expande, el desequilibrio entre la necesidad de fuerza productiva así como la lucha racionalmente viva de los procesos de la evolución natural, impulsará las diferencias competitivas, inevitables. 

Algunos ministros de Estado,   han expresado racionalmente claros, sobre cuanto viene a resultar la numerosidad urgente de contar con recursos humanos para atender las necesidades de servicios productivos en la industria agropecuaria, la construcción, la expansión del desarrollo económico y la expansión de la demanda de recursos humanos tecnológicamente bien desarrollados, bien formados. 

La transformación que busca, también esa expansión de la recaudación tributaria, sin expandir el costo de los salarios, no puede llegar a ser si no es a partir de la explotación intensiva y masiva de mano de obra barata, capaz de derramar la rentabilidad de su plusvalía laboral en aprovechamiento empresarial obrero, capaz de acumular capital reituable, empresarialmente beneficiero, en favor del empresariado que, bien o mal, lo conduce y dirige. Lo saben todos los gobernantes y profesionales del ejercicio financiero  económico.

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