POR EL RESTO DE LOS SIGLOS

Me azotan la memoria los gestos de tus tiernas rebeldías
Toda soportada sobre las rodillas de tus piernas aireadas
Entre los flecos de unos pantalones recortados sin rubor
Contra calor y tardes solariegas en desafío a las miradas
De toda la calle, sus transeúntes y mal confesos morbos
De amigos vecindarios, mis ojos cobardes, tras la envidia
Contra la libertad del sol y brisas permitidas por tus bienes
Apuesto a ser guardián de tus sombras, rutas y alegrías
Puedo ser perdedor de la contienda contra el tiempo de hoy
Pero mis arrestos me llevarán hasta el portal de tus refugios
Compelido a complacer el porvenir de tus cuentas de amor
Bajo el techo celestial ordenado desde el Genesis de Dios
En favor de la multiplicación por los de siglos, del mundo.