Por los derredores de esta red humana se estrecha el cerco de nuestros momentos
Al desplomarse nos advierten las cornisas y dinteles al descementar a la intemperie
En areniscas sin conjugadas memorias, los temporales nos arrastran como polvos
Del pasado, repartidos en palabras entre mis versos, signos empapados del amor
En el pozo de tus caderas puras como la virtud materna, tiernas brotes de habas
Servidos a la mesa de nuestras voluntades, consumidos a sol de tu angélica sonrisa
Te cantan mis pensamientos y deseos cortejando los signos de tu silueta sinuosa
Juvenil como de virgen celosa, sobre las columnas de tus piernas sin vencimientos
Escandalosas y furtivas, lejos de lobos y coyotes de oscuros bosques y serranías
Trazados a sextante y astrolabio, nos medimos en distancias y tiempos de dichas
Disfrutamos del bien y el mal, de las tormentas y cielos estrellados, días y noches
Te amo sin resquicios ni balances inciertos, sin límites de fuerzas ni fronteras.
Al desplomarse nos advierten las cornisas y dinteles al descementar a la intemperie
En areniscas sin conjugadas memorias, los temporales nos arrastran como polvos
Del pasado, repartidos en palabras entre mis versos, signos empapados del amor
En el pozo de tus caderas puras como la virtud materna, tiernas brotes de habas
Servidos a la mesa de nuestras voluntades, consumidos a sol de tu angélica sonrisa
Te cantan mis pensamientos y deseos cortejando los signos de tu silueta sinuosa
Juvenil como de virgen celosa, sobre las columnas de tus piernas sin vencimientos
Escandalosas y furtivas, lejos de lobos y coyotes de oscuros bosques y serranías
Trazados a sextante y astrolabio, nos medimos en distancias y tiempos de dichas
Disfrutamos del bien y el mal, de las tormentas y cielos estrellados, días y noches
Te amo sin resquicios ni balances inciertos, sin límites de fuerzas ni fronteras.
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