Recién designado, el profesor de física fue recibido en el Liceo del Distrito Municipal El Maricao, una Sección que socialmente trataba de abrirse paso entre la ruralidad y la urbanidad municipal. con sobresaliente entusiasmo. Le esperaba, un puñado de estudiantes de nuevo ingreso al recientemente inauguada sección para un nuevo nivel al que ascendían los estudiantes con los que hacía un año se inauguraba la la escuela secundaria en la citada localidad, quienes no habían contado con profesor para la materia desde que se iniciaran las clases, hacía ya algunas semanas. Desde ese preciso primer día, el Profesor citó la palabra "Cuántica". Los alumnos de este primer nivel de física jamás habían escuchado los entonados acordes literales de la cantureada palabrita. El profesor, sin embargo, no dejaba pasar oportunidad académica para amenizar con ella sus clases y tratar de explicar el origen y las razones implicadas en su concepción y el correspondiente nombre que la significa. Sus jóvenes alumnos, quienes apenas cruzaban el umbral de la infancia a la adultez, disfrutaban tanto las alusiones no comprendidas que hasta pasaron a motear al propio maestro como Prof. Cuantíco. Así fue que en alguna ocasión llegó a escucharse un comentario que rezó: "cuantico, llegue Cuantíco, volverá con su cantico y su cuentíco de la Cuántica. Casualidad cuántica: el director se acercaba al grupito de los neocuánticos escolares-secundarios, le toco escuchar el contado final y muy circunspecto al cumplir con su deber de enderezares su descortés alusión, así les cantó: "La Cuántica, cabezones, no es un cuento y ni es un canto, La Cuántica nos cuenta en cuantos cuantos cuentan las cuantificadas ondulaciones de la materi contadas como energía.
lunes, 20 de mayo de 2019
CUENTOS DE LA CUANTICA
Recién designado, el profesor de física fue recibido en el Liceo del Distrito Municipal El Maricao, una Sección que socialmente trataba de abrirse paso entre la ruralidad y la urbanidad municipal. con sobresaliente entusiasmo. Le esperaba, un puñado de estudiantes de nuevo ingreso al recientemente inauguada sección para un nuevo nivel al que ascendían los estudiantes con los que hacía un año se inauguraba la la escuela secundaria en la citada localidad, quienes no habían contado con profesor para la materia desde que se iniciaran las clases, hacía ya algunas semanas. Desde ese preciso primer día, el Profesor citó la palabra "Cuántica". Los alumnos de este primer nivel de física jamás habían escuchado los entonados acordes literales de la cantureada palabrita. El profesor, sin embargo, no dejaba pasar oportunidad académica para amenizar con ella sus clases y tratar de explicar el origen y las razones implicadas en su concepción y el correspondiente nombre que la significa. Sus jóvenes alumnos, quienes apenas cruzaban el umbral de la infancia a la adultez, disfrutaban tanto las alusiones no comprendidas que hasta pasaron a motear al propio maestro como Prof. Cuantíco. Así fue que en alguna ocasión llegó a escucharse un comentario que rezó: "cuantico, llegue Cuantíco, volverá con su cantico y su cuentíco de la Cuántica. Casualidad cuántica: el director se acercaba al grupito de los neocuánticos escolares-secundarios, le toco escuchar el contado final y muy circunspecto al cumplir con su deber de enderezares su descortés alusión, así les cantó: "La Cuántica, cabezones, no es un cuento y ni es un canto, La Cuántica nos cuenta en cuantos cuantos cuentan las cuantificadas ondulaciones de la materi contadas como energía.
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