En una congregación política de reciente formación, donde los recursos logísticos mejor competidos internamente resultan ser denominados como "logística de campaña", (dinero empacado por manillas de alta denominaciön o en divisas extranjeras), uno de los voceros llamados ante el suplidor a dar informes de los repartos, cuidaba la asistencia a las convocatorias valiéndose de las fotografías tomadas. Una importante militante que solía rendir en su colaboración, tanto que con su actitud, provocaba algún cosquilleo al rendimiento y la tranquilidad del vocero oficial. Este se dispuso a darle seguimiento buscando un hueco en el cual ahogar la amenazante virtud de la compatriota. Recogió las fotos que la misma militante había hecho del último evento. Esta nunca se ocupaba en hacer autofotos que dejaran constancia de su presencia. Le fue suspendida su asignación "logística" por no aparecer en las fotos y sometida a un recurso de revisión de responsabilidad en sus obligaciones organizativas de militante.
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