La fuerte muerte inevitable, la madre de las muertes
La dolorosa muerte de la madre a la insalvable distancia
Separada por océanos materiales: geográficos y visuales
Jamás te desprenderan de tu alma sus luces calurosas
Queda el hueco atronador de la irreparable ausencia
Quiero ser miga solidaria que intenta aliviar el golpazo
Truculento, cierto, abierto a la sangre, al rudo desmayo
Adriana, hija espiritual, amor del agua santa y sincera
De los amigos eternos, de las agradecidas presencias
En las horas parejas de iguales momentos acompañados
Por tus maravillosamente firmes fuerzas solidarias
Entregas sin reparos, lealtad de dones familiares
Sirvan al bien de los recuerdos y tu santo futuro
Lleguen igual a los hemanos consentidos de igual amor
De la madre tan completa, clara y venerada de Dios
Del mundo y de todos, igual como eres merecida.
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