Truculencia atronadora, lacerante carta de muerte
El padre ha perdido su dura guerra contra el dolor
Contra la malura escarnecida sobre la voz rota
La princesa respira los recuerdos de su rostro amable
La dulzura arramonada en su pecho. Era su aliento
Su brazo extenso, calor espiritual presente en su frente
De pronto le acerca el estruendo frío de su partida
Expreso mi duelar con cariño ante este horror
A la infanta su recibido penar del destroncado.
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