Sueño en mis sueños imaginadas palabras
Sonreídas en la timbrada ternura de voz
Fragil, adolescente, espaciada y medida
Al amparo de tu corregida inteligencia
En carnada en los dulces destilados de tu boca
Enrosada en célicos y sensuales ardores
Retenidos en la líbido líquida del pensamiento
Te llevo sentada en tu trono, reina de mi cielo
Divina mujer, santo ser, madre de la nobleza
Bendigo tu nombre, tu dicha y tus verdades.
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