miércoles, 30 de septiembre de 2020

VERDAD, DERECHO Y JUSTICIA



"Verdad,  Derecho y Justicia", constituyen la sublime tríada conceptual en la que se fundan la estructura del ordenamiento social humano que se extiende hasta la formulación del Estado Político, con todas sus derivaciones y peculiaridades regionales, ambientales, históricas, ideológicas, en fin, propias coyuntura antropológica viviente.

Sobre cualquier arreglo o establecimiento formal, han de regir las consecuencias de sus causales. A propósito del Jurado Estado de Derecho que nos rigen en La República Dominicana, como sociedad parcial del gran Estado de Derechos consensuado entre todas las naciones del mundo, nos agogemos a ese Jurado Estado de Derechos, por demás, también, "Democrático".

 Cualquier evento público sobre el que se busque respetar ese ordenamiento, ha de ser asumido con sumo respeto y devoción a los citados pilares conceptuales sobre los que se han de fijar las posiciones de los conductores nacionales, sobre todo, de aquellos que ejercen el liderazgo administrativo de esas concretas fundaciones morales que ya hemos citado.

Un evento de significación mayor se dislucida durante los presentes días, con respecto a supuestas violaciones, contra-eticas, contra-legales, contra-morales, las cuales pasarían, consecuentemente, a convertirse en delitos punibles contra la sociedad y sus ordenamientos formales, pasibles, por tanto de agravadas sanciones morales, las que, por demás, implicarían igualmente graves sanciones materiales.

Toda una serie de señalamientos jurídicos, parecen implicar renombradas peresonalidades de nuestro mundo político, profesional, ideológico y económico, bajo implicaciones morales  y éticas de significativa escala en la medida de nuestra escala deontológica. En este momento, los líderes ideológicos, así como los pensadores activos, llamados a dibujar y asentar las líneas conductuales sobre  "Las obligaciones, Deberes, Límites y Derechos", que en República Dominicana, quedan compelidos a fijar con prístina concentración y sabiduría, sus precisos pareceres.

Yo, que no siendo uno de esos conspícuos líderes, sin embargo, si soy un ciudadano inscrito en los libros de nuestra nacionalidad, con derechos naturales, incluidos, los de la expresión pública y el pensamiento libre, aprovecho estos espacios de abiertas manifestaciones voluntarias para decir desde debajo de mis cabellos, que de acuerdo a los libros, fórmulas, consensos y reglas de nuestro ordenamiento jurídico, esas acusaciones formuladas, debatidas, propaladas e imputadas como violatoria de los consensos legales bajo los cuales se mantiene nuestro Estado reconocido como República Dominicana, no existen violaciones calificadas contrarias al derecho positivo, cometida, según los expedientes dados a conocer públicamente, capaces de condenar de pleno derecho, ninguno de los casos publicamente abiertos contra los reconocidos  acusados, por cuanto, lo derivable, en franco uso de las reglas del derecho, lo que mejor corresponde, es el archivo definitivo de cada uno de los expedientes abiertos y un resarcimiento etico y moral, que, en todo caso, dejaría abierta todas las vías del mismo derecho positivo propios del mismo ordenamiento jurídico dominicano, a cualquier reclamación que cualquier afectado considere  con respecto a las ofensas infligidas sobre cada persona jurídica.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario