Rezo a la transparencia de tu piel, ojos y cabellos, a tu boca, tu voz y sonrisa
Al rojo de tus mejillas y la extendida palidez de tu cuello hasta el pecho
Luces toda tallada a cincel de orfebrería, el escándalo en llamas
Del frutal de tus senos arde en tu silueta, uvas hinchadas, jugosas, maduras,
Arman la tremolina tormentosa entre los caños de mis flujos y fuentes
Endemoniados ojos, sangran el morbo pecaminoso de mis lascivias
Se retuerce la lengua, se babean mi saliva y demás humores líquidos
Desagua toda mi piel, ansiosos manantiales, ingles y axilas ahogadas
En la inundación del salado pensamiento inhibido en manos profanas
Cabro de simiente yugulada, extravío del trashumo, rompe-cabresto
Lanzo mis versos claros, abiertos contra lo sacro de tu libro cerrado
Juntos abriremos páginas selladas en tiempos de guerras y tormentas
Inmersos aguas profundas, recuperemos los tesoros de los naufragios
Salvemos tus joyas plusvalidas guardadas en la capilla de recuerdos
Curemos del oro aquilatado el cofre para virtudes de tu monarquía
Hallemos gozo en pulir sus brillos en las alegrias de tus risas y gritos
Así gozaré tu felicidad hecha mía en la frescura rescatada de tu carne
Sorbida en mi boca sin más pudor que tu desnudez clara y entregada
Sin sábanas, ruidos ni jadeos contenidos, a cuerpos abiertos par a par.
No hay comentarios:
Publicar un comentario