TU CASA DE ESQUINA

Como son así de tiernos los días y las tardes de nuestros días
Ella estrellaba sus palabras contra mis temblorosas pretensiones
Rebelde y esquiva como guinea silvestre, cabrilla adolescente
Huida de los cortejos de mis instintos felinos, hormonales,
Yo olía sus carnes con el provocado pensamiento de mis ojos
Su voz tartamudeaba sus siempre rápidas palabras de escapada
Quedan los melados recuerdos de sus distancias y rechazos
Sus palabras de hoy, reminiscencias de los sueños y esperas
Bellos son estos momentos iluminados entre las rutas del destino
Nos encontraremos primero que el anochecer de nuestras tardes
Sin prisas, cruzaremos los puentes y nos mojaremos en las aguas
 Del río  y el bien de las florecidas memorias de las lluvias y brisas
Que viéramos caer y deslizarse bajo los aleros de tu casa de esquina.