Todas las ideas religiosas desarrolladas por la compleja imaginación humana, extraen sus más firmes fundamentos en los inciertos infinitos a los que la inteligencia biológica, cerebral, materialmente puede alcanzar en este estadio de la viva sociedad en la que se organiza el modelo material del que somos expresión parcial. Comprender cada proceso de esta existencia, resulta, obviamente muy improbable. Al lanzar al aire un puñado de secos de arroz seco, predeterminar donde caerá cada grano, es una tarea, a toda luz, casi imposible.Sin embargo, no es difícil comprender que no se trata de una imposibilidad absoluta, sino, simplemente de una incapacidad material de las forma de nuestra inteligencia regular, pues, lo cierto es que en la medida que el conocimiento que poco a poco viene alcanzando el saber humano, ya le permite hacer predicciones asombrosas de estos modelos, a niveles de distribución electrónica. La ruta es compleja y muy extensa, pero las proyecciones se dirigen en sentido positivo hacia la certidumbre cósmica, universal, divinalmente lógica..
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