Tras las mentiras, mentirosos y sus tonterías, muchos dominicanos han caído bajo los efectos de la pandemia racial, irracional, de imaginar milagros relacionados con la negación de verdades materiales tan poderosamente inevitables como son las que corresponden a los aprovechamientos termodinámicos que convierten en leyes y principios naturales las transformaciones de que tienden a compilar en condensados estados materiales, esas propiedades de sublimes cambios como los que vuelven aprovechables el poder acumulado en sumas como resultan los de potenciales ejemplificados por un émbolo muy grande aplicado en el Principio de Torricelli.
Caso que puede trasladarse a las finísimas recomposiciones de fenómenos cuánticos aplicados en las conversiones atómicas, donde a partir de grandes condensaciones de energías atrapadas en los núcleos atómicos, se liberan inmensas potencialilidades materiales.
Es así como las propicias oportunidades sociales, laborales, vitales, terminan siendo aprovechadas y convertidas en los cliclos sociales, inevitablemente comprendidos entre la historia de la universal reversibilidad, mal conocida aún, mal comprendida aun por los procesos naturales de la inteligencia humana que aun no alcanza a explicarla ni conciliarla con la que en mi fantasía esquizofrénica-paranoica, me compele a simplemente soñar que la reversibilidad universal es inminente, obligada, natural y lógica, en contraposición con la generalizada y más inteligente conceptualización en la que se sustenta la irreversibililidad "natural".
Como proceso natural, reversible, mi escasa imaginación me limita a sustentar que tanto todos los procesos físicos como los no físicos resultan auto compensados como ciclos naturales de la unificada existencia lo mismo que la limitada capacidad de las inteligencias que pretenden determinarla. Pun ! Estallido de mis límites carnales y demás sinsentidos.
Todas las sociedades han culturizado sus poderes en forma de concentraciones inteligentes, materiales, militares, a partir de modificaciones físicas como estructuras de transportes, edificaciones de ciudades, puentes, selecciones biológicas, etc...han demostrado que sus concentraciones han resultado en la conformación de poderosas formas artísticas, científicas, biológicas y estructurales, avanzadas, imperiales y, -de modo que nos llama a la pura vergüenza moral-, verdaderamente conscientes de las diferencias que distinguen lo humano del resto biológico irracional.
La suma de esfuerzos biológicos, energéticos, racionalistas, dura y concreta, convierte la irracionalidad física en racionalidad humana. El embolo natural del que hablábamos al principio de estas enredaduras galmáteicas, inevitablemente han de ser admitidas como verdades mal olientes pero cargadas de certezas que nos compelen a reconocer y saber que las concentraciones de valores conllevan a la depuración material, social, humanística, esa misma de las que hablan los verdugos de Singapur, Camboya y otros profundos interpretes de las desavenencias sociales.
Las implicaciones de las leyes físicas e las interpretaciones sociales so de díficil asimilación cuando se trata de cerrarse uno mismo a las cómodas interpretaciones santularias, pero pueden ser comprendidas cuando se tratan de comprender los despojos espirituales resumidos en verdades amargas, asperas, irritables, mal olientes, como son las verdades que signan la "necesidad" humanamente material de que la economía del Estado Dominicano precise con ugencia crítica, la obligación de beneficiar las ventajas económicas de los esfuerzos "esclavos" de la desesperada mano de obra extranjera, expresamente, la mano de obra haitiana de cuyos esfuerzos materiales surgirá la gran nación isleña dominicana.
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