Hecho ciertísimo es, que los compromisos de los Estados Económicos, nacionales y políticos. contraen frente a sus comunidades sobre las que ejercen sus respectivas responsabilidades, quedan comprometidos, solidariamente, frente al ordenamiento institucional internacional, de modo que en la medida que sus bienes como sus compromisos y obligaciones, se sienten ahogados o desahogados, la manera común de abordar las responsabilidades colectivas, dependen, inevitablemente, de la capacidad de respuesta que puede alcanzar laciudadanía, su inteligencia administrativa, su resiliencia plástica para absorber los impactos, sus respuestas oportunas ante las realides colectivas de todo el entorno incidencial que lo aborda.
Así es como cualquier sufrimiento como cualquier feliz proceso de sufrimiento, tiene que ser asumido y retenido colectivamente, como Estado Social. Sirva en este momento de la vida nacional dominicana, aplicable, esta explicación igualmente, para cualquier caso internacional, ante los procesos inflacionarios que escalan, amenazadoramente, sobre la estabilidad económica, obligada bajo la administración estatal.
Cualquiera que haya de ser la carga de compromisos generados sobre todo el entorno productor de materias primas, servicios y demás compromisos financieros propios del sistema capitalista en el que se desenvuelve la economia de nuestro ambiente político, abierto, regulado bajo las libertades e incidencias caracterizadas por el sistema oferta-demanda, obliga y compromete necesariamente toda la capacidad de resilencia productiva y político-administrativa del Estado Nacional Dominicano.
De estas reflexiones se desprenden las espectativas que marcan, nos dicen y nos advierten de un inminente proceso de alza inflacionaria se cierne sobre la economía dominicana, casi inevitable, salvo algun salto a favor de las proyecciones de aprovechamientos mineros que, a mi entender, se trata de futuro, de medianos y largos plazos.
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