Las recursos artísticos literarios fundan su valor, en artificios atractivos considerados como bellezas que pueden partir de fantasía creativa, divertidas, complacientes como adivinaciones, imaginaciones, fantasías, profecías, ucronías y utopías, "colores" que adornan ficciones que buscan impresionar y atraer al lector o escucha del contenido servido como han de acudir los picaflores y mariposas a disfrutar de los jardines floridos. De modo distinto funcionan los atractores naturales de los contenidos científicos. Las ciencias tienden a construir suposiciones materialmente lógicas, calculadas, proyectadas y corregibles, con miras a la consecución de proposiciones siempre fraccionalmente solo probables. Los arreglos científicos no soportan las ucronías, las subjetivaciones fantasiosas se quedan en los pozos de las gangas escorificadas. Hablar, retroproyectar los hechos, ya generó en el pesado reciente poderosas controversias entre científicos y filósofos como Eistein y Los Cuánticos, lo mismo que entre filósofos, psiquicos y profetas divinológicos. Cierto es, sin embargo, que algunos teóricos físicos modernos, aun se sustentan en famosas paradojas como la "Paradoja de los Gemelos", para pretender que aun vale discutir alguna posiblilidad de modificación contrapuesta al hecho, universalmente cierto, de que la variable "tiempo", carece de valores negativos. Esta ucronía expuesta y resaltada por dos importantes comunicadores profesionales, igualmente, se funda en una variable inexistente: el tiempo negativo, por cuanto, por el momento, solo vale ser apreciada como Ucronía Artística, carente de valor científico o físico.
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