Hijos de algún scrificio
Proles, pardas, arrayanos
Ibero-africo-haitianos
Se tienen por desperdicio
O acaso hijo de mal vicio
No admiten su salvación
Ni creen tener corazón
Si no van a La Frontera
A renegar su partera
Nacidos petit garsón
Se duelen de nacer vivos
Entre unos cañaverales
De azúcar y de atabales
Arados, bueyes y altivos
Candelos, rayos y estribos
Niegan como al Cristo el Pedro
Lo mismo su flor al cedro
Jamás veneran un santo
Se asustan, llenos de espanto
Si una hija le lleva un negro
Sabido es de viejo, ya
Que al mismo Martín de Porres
Les tambalearon las torres
De su propia santidad
Sin importar su bondad
Por eso hay dominicanos
Heridos, seres humanos
Que se nombran al revés
Pierden hasta sus fes
Si Dios salva los haitianos.
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