miércoles, 2 de agosto de 2023

CONDUCTAS CRIMINALES, ABORRECIBLES, CONTRA LA ESCOLARIDAD DE LOS NIÑOS

 

De año en año aparece en las paginas del diarismo dominicano, como si su publicación resultara un compromiso moral forzado, uno que otro escrito, excento de ese intoxicado contenido racial, antinegro, antihaitiano, que el histórico cultivo de nuestra tradición de población nacida y educada al amparo de las presiones antropomorfas de la competición biológica, la sumisión del que es sometido a la esclavización, propias de mandatos asentados en los órdenes, difícilmente evitables, de procesos evolucionistas reales que se imponeen mediante la acumulación material de poderes, como lucha pintada sobre los rasgos primarios de la supervivencia social. 

Así como terminan imponiéndose las marcas del poder, señalando rasgos preferidos, como aceptación o como rechazo. Prueba y error, las marcas del poder de supervivencia, dicta los órdenes. Se impone la sociedad de los más poderosos. 

Se crean los rangos y valores morales, éticos, deontológicos en general. Los marxistas hacen sus interpretaciones y la nombran "Luchas de Clases", las convenciones espirituales, las asumen como perfeccionamiento divinal, los ultramaterialistas del Determinismo Cósmico, lo relegan al más simble existencialismo. 

Lo cierto, ciertísimo, es que en los hechos humanos de hombres terrenales, dominicanos de carnes y huesos, socialmente vivientes y murientes, nos han sometido a la dura realidad de aprender a soportarnos, entre rasgos de negros, mulatos, blanquitos, socialmente divididos entre más y menos inteligentes, entre clases más o menos economicamente poderosas, aspirantes más o menos exitosos en alcanzar a ser super humanos o divinamente perfectos. 

Esta lucha que nos conduce a avanar con pasión natural por lo víveres de la subsistencia, tambien nos demanda alcanzar la opulencia social. Es la opulencia social que nos llama renegar nuestros signos pintados de debilidades aparentes, como expresión del color de la piel, los rasgos o perfiles físicos, los orígenes sociales, las capacidades de acumulación de bienes de producción convertidos en poderes militares, la inteligencia espiritual y biólogica, etc...

Cierto, ciertísimo es, que las demandas de nuestras más vulgarizadas masas sociales, disfrutan sus propias limitaciones, maldiciendo los niños nacidos de descendencia dominicana de origen dominicano, con marcas de ser más o menos europeos, en sus exprsiones físicas. Nadie tiene culpas en ello, Somos el fruto de nuestra culturización impuesta por nuestros orígenes históricos. Odiamos nuestro muletaje, aspiramos a parecernos cuanto más posible a la desarrollada cultura europea como fruto de las leyes de la dominación cultural que imponen los dominios de las clases que se imponen siguiendo los mandatos de la digna evolución natural su susidiara lucha de clases, 

Mi obligado humilde entendimiento me dicta que es una bendición que nuestro Estado Dominicano, disponga, con gran gesto de racionalidad social, la estimulación, promoción, supervición y sntificación de la educación de todos niños en cualquier parte del territorio nacional, con todas las prerrogativas oficiales sanamente ponderables, contrarias a la depravación moral demandada por quienes buscan negar ese virtuoso ciclo de la formación, de la educación racionalizada de todos los humanos de cualquier parte del mundo. 

Una conducta, un pensamiento, contrarios al  bien de ofrecer la escolarización general a los niños de todo el mundo puede considerarse patológica y moralmente criminal, aborrecible, abominable.  

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