Ayer tuve la ocasión de participar en un diálogo cuasi-racional que trató sobre la incertidumbre filosófica que, sin embargo se nos contrapone con tanta frecuencia, en estos tiempos de modernidad relacionada con la ventajosas oportunidades de sobrevivir biologicamente por tiempos superiores a los de los promedios estimados como productivamente con eficiencia económica aceptable.
Actuarios estocásticos, contratados para estimar, a partir de sus santas y a la vez macabras matematicas, les rinden informes escrutados a partir de los moralmente insensibles algorítmos numéricos, filosóficamente materialistas por excelencia, de los que vienen extrayéndose conclusiones que en buen cristiano, podríamos calificar francamente como "malditas o malvadas", que llegan a sugerir sin tapujos, que los costos y gastos asumidos en cuidar, preservar y mantener con vida, la ancianidad humana, es contrapuesta a la relación rendimiento social-productividad humana, por cuanto, no debería insistirse más allá de ciertos límites, estimados como racionalmente viables, en cuanto a tratar de preservar la vida biológica más allá de los desgastes naturales de nuestros órganos.
No nos han de resultar extraños los fuertes pronunciamientos que desde hace años vienen levantándose desde los razonamientos de econometristas mundialmente reconocidos, advirtiendo sobre la "inutilidad del alto costo dedicado al mantenimiento de la media-vida de la ancianidad.
Una salida salomónica, en cierto modo capaz de amortiguar el impacto religioso-moral, de estos pronunciamientos poco santos para nuestras culturas cristianizadas, ha sido la promoción y adaptación, moderada, paciente pero constantemente multiplicada en todas las sociedades modernas, de las "casas de descanso", "asilos", "homme center", "hospicios", ...etc.
Cualquier modalidad, diseño o concepto racionalizado, pero siempre dirigido a cumplir con el mismo objetivo final: evitar la perturbación material del ritmo de producción material del conjunto económico-social, deberá considerarse como lógicamente consecuente con la realidad útil aplicable dentro del sistema evolucionista del proyecto humano.
Una y otra vez, retomamos la rígida verdad tras la que nos referimos a los explosivos paradigmas, revolucionarios acumulados como desarrollos del pensamiento humano, sus logros históricos más inteligentes condensados en nombres como los El Dios Creador del pensamiento judío, El Superhombre de Friederk Nietzsche, El Socialismo-Comunismo de Karl Marx-Friederich Engel, el Budismo y el Confusianismo.
Cada uno de los pensamientos condensados en las ideas de esto pensadores, nos remiten a aceptar que el rendimiento de la vida productiva precisa de una ocupación que cuenta con sus plazos de aprovechamiento de sus utilidades, por cuanto ha de ser oportuno hacerla valer en su propio tiempo, por cuanto la utilidad del asilo, descanso divertido, tiempo, ocupación racionalmente mínima, no deberá trastornar los rendimientos de nuestros jóvenes, sus proyectos productivos, sus crecimientos racionales, etc..No tiene sentido practico desgastar el tiempo y el vitalismo de las capacidades útiles, para ocupar la vida racionalmente logica, en retorcer los rendimientos biológicos contra la inteligencia de la naturaleza humana.
La dignidad tanto la material como la esspiritual, parecen hoy más que satisfecha, racionalmente cubierta, a partir de unos cuidados profesionalmente asistidos a través de las atenciones apropiadas tras la asistencia humanizada servida en en esos establecimientos cubiertos por la racionalidad material, la inspiración espiritual de los subjetivismos espirituales, tanto como por la imprecisa misión material-evolucionista.
El asilo merece ser aceptado, racionalizado, profesionalizado y servido como parte vital y generalizada de una etapa racionalmente promovida, aceptada y exaltada.
Finalmente, cárguese su libro de versos, su Biblia, su Corán, su computador, su celular, su colección de música clásica, su colección de bachatas, unos auriculares, sus lentes, sus inhaladores respiratorios, etc...Haga sus diligencias económicas, asegúrese sus controles de citas médicas. Permítles a sus hijos vivir sus vidas, llámelos una vez por semana, sin alarmarlos, olvídese del Codia, del partido, vaya a la misa, a la predicación de la pastora, asista a los actos culturales del asilo, no se de jarturas, déjese bañar sin protestar, si su mente se lo permite, hable, cante, duerma y mire mucho los chows artísitico. Vámonsnos antes de que nos lleven.
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