Cierto. Ciertísimo es que la síntesis orgánica que bien puede iniciarse a partir del dióxido de carbono, permite conducir procesos de conformación de cualquier molécula imaginable, asimilable por el cuerpo humano.
Desde este mirador o atalaya bioquímica, sería posible generar suplementos biológicos digeribles y asimilables capaces de suplir todas las necesidades bio-materiales del cuerpo humano que de por sí cuenta con sus laboratorios industriales capaces de descomponer y recomponer todos sus requerimientos a partir de los suministros servidos.
Del mismo modo, los fantásticos imaginarios de los nutriólogos, bioquímicos y fisiólogos, bien harían con consultar estas posibilidades, sin dudas, materialmente comprensibles, con Ingenieros Químicos y bioquímicos, reales, existentes, capaces de completar estas elucubraciones en tiempo real.
Hoy, en momentos en los que las capacidades de los ordenadores nos posibilitan programar la capacidad de manipular las órdenes genéticas sobre las capacidades de interacción biomoleculares, un programa sensible a las necesidades odinarias del ejército de colaboradores obreros. no ha de ser una utopía más compleja que la imaginada por Don Tomás Moro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario