martes, 25 de febrero de 2025

QUILVIO NO CREE EN EL DIABLO

 

Mucho más que cierto, Ciertísimo !...es que todos los contertulios habituados a reunirse de vez encuando, a veces durante períodos indefinidos, más o menos espntáneos, que han sido comunes, históricamente en muchísimas culturas, unas y otras veces suelen manifestarse sesgos de intolerancias, disgustos, disparidades, entre los mismos amigos que se autocomplacen celebrando sus encuentros, de origenes antropológicos ancestrales, que no ameritan demasiadas discusiones. Unos más tolerantes, otros más ruidosos, unos menos expresivos, otros muy complacidos de sus suficiencias, pero, en fin, cada cual con sus particulares acentos, olores  y dichas artísticas, científicas y espirituales, diversas. Por suerte y dicha para todos, nunca he sabido de nisiquiera una "mai de pley", derramada, sin embargo, con cierta frecuencia, uno que otro, afirma (de boca), que "no vale la pena" oir las oraciones místicas de alguno de sus compartes, ya sea porque uno cree en la bondad salvadora de las vacunas , mientras el otro, asegura que las mismas no son otra cosa que una maldad demoníaca. A Quilvio Vázquez, físico, filósofo religioso que hace pareja contrapuesta  a su par teologista-pentecostal, no le complacen los rezos de introducción, prefiere exaltar los ejercicios morales de la gente "buena, respetuosa, amable, educada, corregida, solidaria, respetuosa de la ley y el orden social"  , condena el comportamiento de facinerosos sociales, las fechorías de los antisociales, lo truanes de cualquier color, con turbantes o destocados, los  aborrece (pena  que no cree en que El Diablo cuente con poderes especiales, para condenan ni castigar a nadie). Quilvio es tan reconocido por su particular intolerancia, que esta la limita manifestarla, siempre, siempre, con una particular sonrisa con la que busca afirmar lo que el considera su "Humano humanismo", que no le permite creer que "El Diablo", exista.  


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