domingo, 27 de junio de 2021

EL GALLO GALLINO

 Esta entrega, para los pareceres de mis aprecios lógicos, un magistral aporte condescendiente con ese estilo de regalados aportes, propios de Frank Peña, puede ser partido y desmenuzado como utilísima entrega capaz de motivar innumerables comentarios y nuevos aportes entre quienes tomamos agua de esta corriente. Quiero hacer un aparte parentético como nota que valdría para aportar al  conocimiento de la naturaleza biológica de la selección preferencial del sexo como parte del desenvolvimiento vital de la materia viva. Quiero citar el caso de las aves conocidas como "gallinas", caso que elijo por tratarse de uno tan conocido que bien puede alcanzar al conocimiento de un muy apreciable número de los lectores de esta selecta sala de lectura. 

En cualquier patio criollo dominicano, corretean gallos y gallinas, entre los cuales, con alguna frecuencia suelen aparecer algunos idividuos caracterizados por la condición congénita de hacer con plumas que los hacen lucir como gallinas, de cresta muy reducida, no cantan, no "pisan" las gallinas, desarrollan espolones, pelean fuertemente, pero como su plumaje se asemeja mucho al de las gallinas, suelen ser atraidos y convocados a comer por los gallos desde que entran en "crecimiento", son los conocidos como "gallos gallinos". Existe una gamma más o menos amplia, identificada, de grados reconocidos entre gallos gallinos. Unos son muy inclinados a comportarse como "gallinas", los cuales suelen ser denominados como gallinetos. 

Otros, sin, embargo, llegada cierta edad, alcanzan hasta a cantar como gallos, aunque con un marcado tono de diferenciación. Así es como el juego biológico es conducido por la bioquímica, como propiedad de la materia. Los casos de insectos, peces y otros animales superiores, son bien conocidos, como hermafroditas ocasionales o convenientes, según las circunstancias ambientales lo demanden como estrategia de preservación de las especies. Ni decir sobre lo que ocurre en los reinos de protozoarios. Entre los humanos, la selección biológica fue separando convenientemente, las diferencia entre los sexos y muy poco es cuanto queda como resto del hermafroditismo, que, sin embargo, ha de recordar que las gónadas, testículos y ovarios, vienen a ser parte de ese proceso selectivo-evolutivo  con el que juega la naturaleza bioqúimica de nuestros cuerpos. Me anima a referirme a este fenómeno alguna de las cuidadosas y respetuosas alusiones que han acompañado este sin par aporte del Dr. Frank Peña. 

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