viernes, 7 de marzo de 2025

INTELIGENCIA DE LAS PALABRAS PRECISAS

 

Pensar, imaginar, ordenar el pensamiento de modo condensado hasta hacer de las ideas un concentrado sustanciosamente lógico permite alcanzar, tanto en la productividad científica, filosófica como en el florecimiento artístico-literario, se constituye en una virtud muy cara, propia de la capacidad cerebral para alimilar, ejercitarse y rendir efectiva y eficientemente en torno al logro del objeto que procuramos desarrollar o crear alguna obra, independientemente de la motivación que nos impulse. 

Tanto el  placer que el conocimiento sobre  el pensamiento, que pudiera interpretarse como "científico", "artístico", "místico" o de cualquier modo que pudiera calificarse, en ultima instancia, siempre genera un placer, una satisfacción neural que el sistema cerebral asume del mismo modo: complace las demandas químicas que el sistema biológico interpreta, define, como necesidad que  es convertida en vitalismo para el continuismo de la especie que viene a ser la ugencia sobre la que se funda la materialidad que nos constituye. 

Cualquier gesto vital, resulta, en ultima instancia, una ruta más, cualquiera sea zizagueo entrópico que el trabajo de alcanzar esa meta intermedia entre el conocimiento y el incierto natural que signa la continudad material que nos acoge y nos espiritualiza. 

Hablar, escribir, comunicarse de forma sabia, es acercarse al objeto divinal de lo perfecto. Quienes lo alcanzan pasan a lucir como dioses de la literatura. Resumidamente,  la comunicación lograda con palabras precisas, de contenido denso, contundente, hace rendir al máximo el objeto de la comunicación firmemente clara y completa. Lo opuesto vienen a ser los discursos diluidos en adjetivos, apodos, florilegios, denuestos, juzgamentos previos...etc.

jueves, 6 de marzo de 2025

DESCALIFICACIONES ESCATOLÓGICAS

 

Se hace vieja pero infinita, la vigencia de esa impulsión evolucionista que nos reta, a los seres humanos, a desafiar lo que existe, lo presente, lo vigente, decididos siempre a superarlo, como lo manda Dios, ("mejoramiento continuo", lo llaman quienes se estiman llamados a interpretar los ingenios de la  Creación Divina), de tal forma que todos los comportamientos que para los antropólogos, resultan, ajustadamente, cumplimientos de ese diseño infalible según el propósito diseñado, asignado para su ejecución de modo natural, tienden a ser denunciados, esperanzados de que pueden ser torcidos más allá de las voluntades primigenias, para seguir la voluntad de nuestros instintos humanos primarios. 

Así, nos asustan los envejecimientos naturales, nos apreciamos como viejos obsolescentes retrasados, como mangos dañados, caidos antes de tiempo. De tal forma llegan las calificaciones y descalificaciones escatológicas. 

Se comprenden, se explican sin contraposiciones esas desafiantes ansiedades generadas que nos hacen apreciarnos como frutos inmaduros, arroces sancochados (verdad sea dicha: todos los ancianos, en todas las épocas han percibido a las generaciones que les suscedenn como retrasos, de emociones e inteligencias secas). 

Es la norma, es agua que nutre certeramente el proceso imparable de ese evolucionismo vital creador de metas infinitas, de dioses inalcazables. Así somos, eso somos, 

Nuestra madre fue la mejor, la única que me suministró alimento al nacer para seguir siendo su propia existencia que, sin embargo, debo superarla, mejorarla, y, emocionalmente, claramente, enterrarla, dejarla atrás, finalmente, suplanntala para crecer suplantándome sobre ella.

CALIFICADORES, JUECES Y MORALISTAS


Hace algunos días hice referencia escrita al mote de "Ladronazo", que en nuestro vocabulario mediático, los comentaristas y expositores menos agudos y más emocionales, los que suelen expresar frustraciones propias con mayor entusiasmo neural, tienden a aprovechar sus oportunidades profesionales para expresar esos desahogos, logran, al final, no más que relajar, rebajar, desgastar el poder y valor de la connontación literal del término. Se da el caso, de que, al haberse puesto de moda el desahogo que como consecuencia de la apertura post-trujillista, ahora, sumados los desbocados frecuentes del presente presidente de Estados Unidos de América, así como los acomodamientos y orientados y ofrecidos por la gestión presidencial dirigidos a ponerse a tono contra algunos dirigentes internacionales latinoamericanos, ya, hasta presentadores televisivos, radiales, youtuberos criollos, han pasado al uso de términos como "criminales asesinos", aplicado a personajes políticos desafectos, sin que se les empache la boca ni se les revuelva la saliva a quien lo aplica, sea referido al cura, al pastor, al presidente, etc.Ni decir de si quien expresa el desahogo es algún exiliado desafecto a los regímenes, contestatarios, mal vistos por Estados Unidos. El relajamiento de esos desahogos, solo alcanzan mostrar los niveles emocionales de las frustraciones a vista cierta.

  

sábado, 1 de marzo de 2025

MARRAMUCIAS DEL CAPITALISMO



 Los tratos humanos, lo mismo que lo son las distintas formas inteligenciadas por la naturaleza en sus esfuerzos por generar estrategias competidoras, propias del evolucionismo natural, son sigficados sabiamente como definiciones establecidas como gestos, reglas y leyes morales, sociales y jurídicamente formales. 

 Sin embargo, igualmente, en la realidad, los Estados Nacionales, se sienten compelidos u obligados a establecer los sistemas judiciales formales, es decir "El Estado Jurídico", como parte del control necesario que valga para asegurar los propósitos y aspiraciones de la sociedad misma, puesto que la intencionalidad humana es típicamente, inducida a tratar de saltar esos acuerdos fijados formalmente, dados esos afanes naturales por superar mediante saltos que superan los acuerdos jurados, valiéndose de "Marramucias", pseudolegales. 

 Muchas veces son tan superadas en inteligencias, que están por encima de las estrategias de los controles establecidos, ya sea por agentes externos a la administración de El Estado o, por el contrario, valiéndose, precisamente, de las debilidades descubiertas o creadas desde el mismo Estado. 

Una de esas "Marramucias", procuradas desde el mismo Estado, con el fin velado de defraudarlo de las que suele valerse el Capitalismo, es la de convertir en riquezas económicas la promiscuidad comunicacional a través de los servicios promocionales desde los medios de comunicación. 

 Esas marramucias del Capitalismo, en cualquier sociedad moderna implica la adquisición de empresas de medios comunicacionales, a través de los que una inmensidad de comunicadores son cooptados y convertidos en cremalleras indirectas de esa producción empresarial, que, de paso, se retroalimenta facilitando la promoción de los intereses ideológicos de los confiables inversores, los que, en muchos casos, apenas se preocupan de este aspecto, siendo que el interés fundamental está en la inversión ventajosa del Capital. 

Otra de las "marramucias capitalistas" se suele dar con frecuencia y muy desde lo alto del sistema capitalista, se da al legalizar, a partirr de todas las formalidades previstas por el sistema, elevando hasta la mas altas instancia privadas y públicas, la introducción, fijación o asentamiento mediático de intereses que luego pasan a ser convertidos en "Ley del Estado". 

 Es así, mediante estas "marramucias", los Estados, es decir, los intereses populares más auténticos, se convierten en "hcechos morales", propios del Ordenamiento Social. Así es como a través del mundo, esas marramucias del Capitalismo, finalmente, convienen y convierten en "sano" interés público, el comportamiento de medios de comunicación, comunicadores y comunicados, en ingenuas víctimas de las "Marramucias" del Capitalismo.

MARRAMUCIAS DEL CAPITALISMO

Los tratos humanos, lo mismo que lo son las distintas formas inteligenciadas por la naturaleza en sus esfuerzos por generar estrategias competidoras, propias del evolucionismo natural, son sigficados sabiamente como definiciones establecidas como gestos, reglas y leyes morales, sociales y jurídicamente formales. Sin embargo, igualmente, en la realidad, los Estados Nacionales, se sienten compelidos u obligados a establecer los sistemas judiciales formales, es decir "El Estado Jurídico", como parte del control necesario que valga para asegurar los propósitos y aspiraciones de la sociedad misma, puesto que la intencionalidad humana es típicamente, inducida a tratar de saltar esos acuerdos fijados formalmente, dados esos afanes naturales por superar mediante saltos que superan los acuerdos jurados, valiéndose de "Marramucias", pseudolegales. Muchas veces son tan superadas en inteligencias, que están por encima de las estrategias de los controles establecidos, ya sea por agentes externos a la administración de El Estado o, por el contrario, valiéndose, precisamente, de las debilidades descubiertas o creadas desde el mismo Estado. Una de esas "Marramucias", procuradas desde el mismo Estado, con el fin velado de defraudarlo de las que suele valerse el Capitalismo, es la de convertir en riquezas económicas la promiscuidad comunicacional a través de los servicios promocionales desde los medios de comunicación.Esas marramucias del Capitalismo, en cualquier sociedad moderna implica la adquisición de empresas de medios comunicacionales, a través de los que una inmensidad de comunicadores son cooptados y convertidos en cremalleras indirectas de esa producción empresarial, que, de paso, se retroalimenta facilitando la promoción de los intereses ideológicos de los confiables inversores, los que, en muchos casos, apenas se preocupan de este aspecto, siendo que el interés fundamental está en la inversión ventajosa del Capital. Otra de las "marramucias capitalistas" se suele dar con frecuencia y muy desde lo alto del sistema capitalista, se da al legalizar, a partirr de todas las formalidades previstas por el sistema, elevando hasta la mas altas instancia privadas y públicas, la introducción, fijación o asentamiento mediático de intereses que luego pasan a ser convertidos en "Ley del Estado". Es así, mediante estas "marramucias", los Estados, es decir, los intereses populares más auténticos, se convierten en "hcechos morales", propios del Ordenamiento Social. Así es como a través del mundo, esas marramucias del Capitalismo, finalmente, convienen y convierten en "sano" interés público, el comportamiento de medios de comunicación, comunicadores y comunicados, en ingenuas víctimas de las "Marramucias" del Capitalismo.