lunes, 10 de marzo de 2025

TRAS LA DIVINIZACIÓN Y LA FELICIDAD: LA GUERRA ES LA GUERRA:

 

La materia organizada en su modo funcional como vitalismo biológico, tiende a generar ese acomodamiento o arrego bioquímico del que parte la interpretación neural que, en los humanos, se expresa somo complacencia, interpretada por los centros neurales ocupados en continuar la existencia de ese bloque material-biológico, natural que, del mismo modo, asumimos como vida. 

La Vida sigue unos estímulos que tras el juego equilibrio-desequilibrio bioquímico, estabilidad-entropía universal, pasa a ser interpretado como placer que mueve al ser material, el decir, al cuerpo natural, hacia ese incierto que vaprosamente asumimos como "felicidad". Esta figura sin más forma que la de una promesa, un propósito, un declarado sueño que en las culturas orientales, me parece, que la descriven, como sublime "Nirvana", que, al decir de unos comentadores de mis cercanías, sería algo así como el el del alcanzar la "Perfección". 

Ese aspriracional biológico-humanamente concebido, con sentido biolgicista, constituiría la motivación más esforzadad por alcanzar el cúmulo de objetos u objetivos, capaces de servirnos ese diploma de graduados en "felicidad",  esa divinización última como meta del "bien" y sus merecimientos. 

Así, tras el alcance de esas metas divinizadas como perfeccionismos, nos urgen los desafíos de la guerra, las rutas que nos eelevan hacia  las metas del conocimiento y los proyectos de eternización biológica, concebidos como reproducción. Perfección como divinización, nos fijan las voces del llamado a la "salvación" judeo-abrahámica. 

Sería, desde estas perspectivas emocionales, históricas, biológicas, de donde partimos decididos a cruzar las corrientes y charcos que nos permitirán ese posadero adignado a la felicidad, obrstruida por montañas rocosas, muros y atalayas guerreras, llamadas a ser franqueados antes de lograr la descansada felicidad de la eternidad ofrecida, esperada y soñada, luego de hacer y vencer en la guerra. LA GUERRA ES LA GUERRA.

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