jueves, 6 de marzo de 2025

DESCALIFICACIONES ESCATOLÓGICAS

 

Se hace vieja pero infinita, la vigencia de esa impulsión evolucionista que nos reta, a los seres humanos, a desafiar lo que existe, lo presente, lo vigente, decididos siempre a superarlo, como lo manda Dios, ("mejoramiento continuo", lo llaman quienes se estiman llamados a interpretar los ingenios de la  Creación Divina), de tal forma que todos los comportamientos que para los antropólogos, resultan, ajustadamente, cumplimientos de ese diseño infalible según el propósito diseñado, asignado para su ejecución de modo natural, tienden a ser denunciados, esperanzados de que pueden ser torcidos más allá de las voluntades primigenias, para seguir la voluntad de nuestros instintos humanos primarios. 

Así, nos asustan los envejecimientos naturales, nos apreciamos como viejos obsolescentes retrasados, como mangos dañados, caidos antes de tiempo. De tal forma llegan las calificaciones y descalificaciones escatológicas. 

Se comprenden, se explican sin contraposiciones esas desafiantes ansiedades generadas que nos hacen apreciarnos como frutos inmaduros, arroces sancochados (verdad sea dicha: todos los ancianos, en todas las épocas han percibido a las generaciones que les suscedenn como retrasos, de emociones e inteligencias secas). 

Es la norma, es agua que nutre certeramente el proceso imparable de ese evolucionismo vital creador de metas infinitas, de dioses inalcazables. Así somos, eso somos, 

Nuestra madre fue la mejor, la única que me suministró alimento al nacer para seguir siendo su propia existencia que, sin embargo, debo superarla, mejorarla, y, emocionalmente, claramente, enterrarla, dejarla atrás, finalmente, suplanntala para crecer suplantándome sobre ella.

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