lunes, 18 de abril de 2022

BIOLOGÍA DE LA MONEDA


Cierto, ciertísimo es que la capacidad material de la biología sigue imponiéndose como fuerza dominante por mandato imperturbable con respecto a las leyes esenciales de la evolución. El hombre, como ser dependiente, -por el momento, cuando menos-, de sus funciones vitales, sigue atado a imprescindibilidad de sus gen biológica: fsiología anatómica, urgencia reproductiva y sentido de supervivencia. 

Estos factores trazados bajo el regimen del mandato evolucionista natural, material, le han disañado sus necesidades de poder, de dominio, de control sobre su entorno. Esa urgencia ha covertido su proceso civilizado en una serie de medidas lógica, inteligentes, tan sofisticadas como el uso del instrumento mental o ideológico que conocemos como "la moneda". 

Todo proceso civilizado de control y dominio aplicado hoy sobre la sociedad humana, se hace valer de ese instrumento poderoso, esencialmente como representación de superioridad aceptada, consensuada, admitida. Los más poderosos núcleos de poder reconocido, así logran imponerse y deciden  con capacidad arebatadora de los los unos poderosos con sometimiento de los otros sometidos. 

Es así como los conglomerados de poderes conjuntos, logran imponer, con superación decisiva, valores derramados como tormentas de poder. Estados Unidos de América, el más poderoso controlador social reconocido en la historia de nuestra civilización moderna, ejerce con suma inteligencia y eficacia, ese control indiscutido, desde sus centros de influencia como Estado Mayor de la sociedad moderna. 

Su presidencia sobre el control de la producción mundial de biene y servicios, llegó a tomar la deciva autoridad, de poner su orden, de modo casi exclusivo, sobre el valor de transacción o transabilidad de la moneda internacional, al tenor de sus garantías como guardián del valor transable de los valores generados por los demás estados del mundo. 

Así que decidió poner precios a la más urgente matria prima demandada por la civilización contemporánea: la energía aprovechable desde las fuentes de petróleo, en nombre de sus poderes para garantizar las defensas de los estados e imponer sus decisiones como guardián de esas garantías ante todo el mundo conocido de nuestra civilización. 

Hoy surgen atisbos de rebeldía contra esos controles y poderes, que lucen o se proponen someter a preguntas de difícil respuestas, ese orden de poderes únicos. Nos abocamos, al parecer de nuevas formas de pensamientos, a una revisión de conceptos, de controles ideológicamente cuestionadores. Sin embargo, como tratamos al inicio de nuestras observaciones, esos cambios pueden arrastrar demandas insatifechas, capaces de convulsionar la estabilidad existente en la sociedad cultural de nuestros tiempos. 

Las competencias por las demandas de necesidades alimenticias, suplidoras de esos materiales ordenados por la evolución material, biológica, pudieran dar al traste con las urgencias primitivas del hombre, sus instintos y sus mandatos evolucionistas. La moneda es un instrumento terrenal, inventado por las necesidades biológicas, humanizado, capaz de acumular un poder de transacción cuasi divino. Dios tendrá la última palabra

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