Tras los históricos acuerdos comerciales y monetarios reconocidos como "ACUERDOS DE BRETTON WOODS", y luego de la catástrofe cataclísmica de la Segunda Guerra Mundial, llegó el momento en el que Estados Unidos de América, la nación mejor sentada política, económica y militarmente, además de gananciios sin par tras la debacle del poder de Alemania, para todo el mundo terrenal, llegó el momento el que la RENTABILIDAD MORAL de este inmenso poder comercial, militar y cultural, hizo valer su capacidad cuasi divinal y decidió, al amparo de su reinante nombradía, erigirse en arbitro único del valor de intercambio del sistema monetario mundial.
De cualquier manera concebible, todas las naciones del mundo civilizado se acogieron, no sin rechiflas, incomodidades y pruritos de cualquier índole, a los dictados del poder que significó y aun significa hoy, la portentosa maquinaria económica, militar y moral (recuérdense los compromisos de guerra asumidos por todo el mundo bajo el peso de su contribución de Estados Unidos de América a la caida de los derrotados en la Segunda Guerra Mundial). Dados los hechos el regimen monetario actual pasó a ser respaldado bajo el signo principal, casi único, de la RENTABILIDAD MORAL del dólar, moneda de Los Estados Unidos de América.
Las calidades que desde entonces, sustentan este poderoso instrumento de intercambio, ha sido manejado con inteligencia comercial, militar y moral, tal que hasta este momento, no parece amenazada su capacidad de arbitraje ni su capacidad de respuesta ante la realidad de los intercambios comerciales, mucho menos bajo el equilibrio militar que tanta influencia ejerce en su liderazgo mundial indiscutido.
Sin embargo, nuevos y sofisticados instrumentos de intercambio de valores comerciales, han surgido como aparente recurso competitivo capaz de enfrentarse o convivir como competencia a ese poder de arbitraje, único y obviamente ventajoso, dado el señoriaje que los dominios de su autoridad impone.
Nuevos esquemas de intercambio, fundados en el valor virtual de la capacidad de mercadeo, producción, apoyos, solidaridades ideológicas y militares, vienen extendiendo un alfombrado con tendencias de complejidad virtual, de difícil desmadejado.
Revolucionarios conocimientos, capacidades para influir mediante dominios neuro-cibernéticos, técnicas matemáticas soportadas en análisis algorítmicos impredecibles, los dominios sobre tecnologías espaciales, etc., tienden a recomponer los números de las nuevas relaciones económico-monetaria, capaces de dar muy pronto con la capacidad unica de manejar la autoridad sobre el arbitraje del sistema monetario vigente, basado en es RENTABILIDAD MORAL del dios dólar.
Un nuevo sistema de intercambios comerciales, nuevas asociaciones militares, nuevos valores sociales y religiosos pueden estar germinando en los prados feraces del pensamiento Universal entre los habitantes de La Tierra.
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