miércoles, 13 de abril de 2022

CONTROL DE COMBUSTIBLES


Demás estaría abundar sobre las razones que al momento implican las necesidades humanas en demandar un celoso control de la explotacion de los recursos energéticos industrializados. Sin embargo, a las sociedades conformadas bajo los apremios de un control encadenado a las importaciones obligadas de combustibles, es necesario, con frecuencia, tratar de explicarles las Razones de Estado que compelen a regular de forma tan drásticamente onerosa el consumo de esos bienes iportados, de imprescindible sacrificio para ajustar los balances económicos a los que se obliga la Administración del Estado. 

Si la factura por consumo de combustibles fósiles, como obligación casi impresindible para suplir las necesidades nacionales, reulta que trascienden de tal modo que obligan la Administración del Estado, a recurrir a medidas críticas como la elevación de los precios de los combustibles derivados, como son los que consumen los automóviles familiares, frente a las subvenciones de las máquinas laborales humanas, es decir, la subvención de los costos del transportes masivos (autobuses, trenes y otros), este juego de complejo equilibrio, se vuelve obligatorio. 

Es así, por tanto, aceptar que, siendo los pesados juegos del capitalismo, ruletas programadas para nunca perder, no resta para nuestras sociedades, controladas bajo el esquema del capitalismo internacional, que aceptar y asumir los sacrificios propios de la imponente máquina de los rendimientos viables ante las fuerzas de esos equilibrios mercadológicos. 

Todo ello implica, movimientos estratégicos de los balances económicos, del Estado, con el fin de reducir los consumos, aliviar los compromisos sobre los costos del transporte obrero que mueve la máquina productora, así como el alivio posible del consumo doméstico de energía, de frente a la incapacidad real de decidir sobre la lógica incapacidad de controlar drásticamente el consumo doméstico demandado por la maquinaria obrera, sin el auxilio de El Estado, conscientes, sin embargo, 

El Estado de que en última instancia es esa misma maquinaria obrera la que mueve la rueda de la producción capitalista. La dirigencia política, mal fundamentada, con frecuencia es incapaz de comprender estos juegos, estas maniobras necesarias para justificar y mantener el ritmo de El Estado. 

Muchos otros procesos de administración de los estados, han de seguir rutas de ajustes y equilibrios, similares, pero con frecuencia estos juegos no son de fácil comprensión para los medios públicos y menos para la clase menos formada en materia de números que pueden resultar tan sofisticados como la aritmética de los métodos  conocidos como "de prueeba y error", algo así como un tirar y jalar, entre posibilidades racionalmente coherentes con la realidad, la objetividad y la sensatez profesional. 

Este caso de los precios y costos de los combustibles, suele tratarse con bastante flaqueza profesional, por políticos  y cibernáutas, irresponsables unos y otros por simple desconocimiento. La necesidad de controlar los consumos de combustibles importados, del modo más oportuno posible, es obligación y responsabilidad real de la Administración de Estado.


No hay comentarios:

Publicar un comentario