Cierto, ciertísimo es que entre laz vueltas que originan los denominados azares de la vida, uno fue el caso de las inesperables paradas que sivieron para encarrilar la vida del líder político dominicano, JOSÉ FRANCISCO ANTONIO PEÑA GÓMEZ, quien tras los disparados éxitos de su carrera como orador y organizador político, alcanzó una Vice-presidencia mundial de la Internacional Socialista y la Presidencia del Comité Internacional de la IS para América Latina. Siempre fue denostado con saña política y racial y clasista, lo mismo que con mezquindad chovinista dada su señalado origen étnico, marcado de africano-haitiano.
También le ha sido muy denunciada su aparentemente muy comprometida relación de compromisos políticos con los llamados por él mismo "liberales de Washington", en momentos en los que ardían sangrantes las heridas dejadas por la guerra y ocupación militar por parte de Estados Unidos a raíz del levantamiento militar dominicano en pro de la vuelta y reposición del gobieno constitucional que encabezara Don Juan E. Bosch, cuyo derrocamiento tambien fuera decidido desde el gobierno norteamericano.
Fue, sin dudas, Peña Gómea, un político muy sagaz, inteligente, respetado y amado por las clases dominicanas más empobrecidas, quien llegó a ser muy respetado y considerado internacionalmente como el más importante conductor de masas de toda Latinoamérica.
Fue estafada con vileza política su elección como presidente de la Nación en 1994 a través de mecanismos administrativos dolosos y truculentos cometidos con complicididades diversas desde el mismo poder o sistema electoral del momento.
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