Uno de los poderes propios de la epigenia generada por las variables medioambientales, es, precisamente esa respuesta inteligente de la organización fisicoquímica de la materia que se establece siguiendo las reglas propias de esa dinámica ontológica a la que los estudiosos de la materia que siguen modelos académicos científicos e ingenieriles, suelen llamar "termodinámica química".
Es siguiendo esos principios fundados como ontología de la materia, de donde parten esas respuesta químico-termodinámicas que siguen variables conocidas como la gravedad, el electro-magnetismo, la temperatura, la presión y otras interacciones como las ondulaciones y radiaciones cósmicas.
Cada una de ellas integran el conjunto de efectos que deciden sobre el comportamiento material que determinan las respuestas que rigen la epigenia celular. Es así por lo que podemos referirnos a ese conjunto de respuestas infinitas como "inteligencia de la materia" o "inteligencia de la naturaleza".
En ella se fundan las especificidades, multiplicidades y complejidades de conjuntos como los que constituyen sistema inteligente o el cerebro de cualquier planta carnívora, taxifolia, ácaro microscópico, tardigrado, elefante, delfín, chimpancé u homo sapien.
Del mismo modo podemos referirnos al conjunto inteligente que constituye el de la sociedad humana como unidad integrada, capaz de inteligir mediante procesos de potenciación memorística y sinérgica. No encuentro misterio en comprender la capacidad inteligible de ese conjunto social inteligente, como funcion o acción lógica de la materia.
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