domingo, 13 de julio de 2025

LA GUERRA: UNA MANIFESTACION HUMANA


La guerra es una de las tantas manifestaciones humanas de la competencia, que la evolución material contempla dentro de sus estrategias capaces de complacer fenomenológicamente los equilibrios bioquímicos. Son sus formas de completar procesos físico-químicos, de ajustar capacidades biológicas, materialmente posibles, mediante mecanismos que persiguen la armonía entre sistemas.

La neurología que impulsa las guerras no es más que una manifestación vital. Y una manifestación vital no deja de ser una respuesta bioquímica dentro del marco de aquellas matemáticas propias de la ingeniería de reacciones que los estudiosos del comportamiento molecular suelen dominar.

Estas manifestaciones, que resultan numéricamente tan elegantes, complacientes y emocionalmente estimulantes para los cerebros de los estudiantes más desafiantes—religionizados en sus esperanzas—no son más que luminiscencias de procesos materiales. Procesos que hoy, con cierta gracia semántica, también llamamos antimateria (aunque Jacinto jamás haya oído hablar de ella).

Nosotros, los educados en las escuelas de un sistema formativo, atribuimos a Dios estas manifestaciones. Y aún más: nos dividimos en cristianos, judíos, musulmanes, y otros millares más, mediante cuyos credos rendimos sentidos cultos a las guerras humanas.

Como todos los seres vivos, perseguimos la perfección material que nos impulsa el sistema que nos dio origen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario