Exito es alcanzar a abrir la puerta que nos dirige hacia la divinización donde habremos de recibir el decorado mayor, el grado de maximización. Así funciona el proceso evolutivo que partiendo de arreglo biológico unicelular, nos eleva exitosamente a convertirnos en dios de todos los dioses, superando etapas biológicas, perfeccionamientos físicos anatómicos, intelectuales y sublimes grados espirituales. Aquellas enzimas de las que tratamos al inicio, no detienen su actitud ni su actividad, según nuestras demandas de elevar nuestras metas, ni aun despues de la muerte. Después de la muerte física nos epera el reinado de la perfección (supongo yo que nadie entre quienes alcancemos la osadía de leer estas dicharacherías, tendrá la impía duda de objetarlo, pues este conocimiento es culturalmente axiomático). Unos delante, como conjuntos de clases escogidas de ungidos especialmente llegados a las metas superiores, otros detrás, siempre compitiendo por superar los límites diferenciales de la tendencia a emparejar (sino a suplantar) con la Divinidad Mayor. Es así como nos sentimos impulsados a la superación atlética, intelectual, militar, gubernamental y espiritual. El exito alcanzado nunca será suficientemente complaciente aun ni alcanzando a superarlo todo, material, intelectual o espiritualmente.
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